Capítulo 22: Confesión

Aquella tarde, me conecté a Facebook nada más llegar a casa. Quería borrar notificaciones y mensajes, ya que hacía siglos que no me conectaba. En mi muro salían las últimas noticias: sonreí al ver que Jack tenía una foto de nosotros en verano como foto de perfil. Salíamos haciendo caras: yo haciendo morritos como si fuera una supermodelo y el con el ceño fruncido, en plan espía secreto. Me reí para mis adentros y la comenté:
"Bonita foto, ¿quién es esa belleza que sale a tu lado? Jajaja".
Había poca gente en el chat a aquella hora; por eso me sorprendí cuando me apareció una pestaña de chat emergente.
Chris Lewis dice: Que foto mas bonita, la d Jack, eh?
Courtney Cox :) dice: Pues si.
Chris Lewis dice: En serio t gusta ese muermo?
Courtney Cox :) dice: Ese "muermo" no ha pasado 3 años ignorandome.
Chris Lewis dice: Ya... solo a principio d curso, cuando salia cn otra, no?
Courtney Cox :) dice: Eso no es asunto tuyo. Pq no te vas con Sharon?
Chris Lewis dice: No puedo. La he dejado.
Courtney Cox :) dice: Como q la has dejado? Si llevabais saliendo 5 minutos!
Chris Lewis dice: Sali con ella xa darte celos. No ha funcionado, pues nada :)
Courtney Cox :) dice: Eres un capullo.
Chris Lewis dice: Un capullo que hace estas idioteces para llamar tu atencion. Ademas, a Sharon no le ha afectado; casi ni me conocia. Don't worry.
Courtney Cox :) dice: Y pq quieres llamar mi atencion despues de 3 años sin hablarm?
Chris Lewis dice: Nunca habia pensado q a ti t gustaba. Creia q slo querias ser mi amiga, y me fastidiaba q los demas repitieran tdo el rato que nos gustabamos, pq era mi caso, pero pensaba q el tuyo no.
Courtney Cox :) dice: Cmo que no era tu caso?
Chris Lewis dice: Joder, Court, xa ser tan lista no pillas ni una. Como quieres q lo diga mas clarito?
Courtney Cox :) dice: Pues diciendolo, chico.
Chris Lewis dice: Q te quiero, Courtney. Desde parvulario. Desde que te conocí. Pero fui tan imbécil que no llegué a tiempo. ¿Te parece esto clarito?
"Chris se ha desconectado a las 17:35".
Me caí redonda en la cama. El corazón me latía a dos mil por hora. Apenas podía creer lo que había ocurrido segundos antes. ¿Cómo podía ser? Chris... ¿había sentido lo mismo siempre? ¿Por qué nunca lo dijo? ¿Por qué se le ocurría decírmelo ahora?
Chris tenía razón. Quizá era demasiado tarde...
En aquel momento, se me ocurrió, como por inspiración divina, mirar mi página de iGoogle. Había un apartado de frases famosas, que a veces utilizaba como consejero virtual, o poco menos.
"El amor no tiene fecha de caducidad", rezaba la de ese día.
Como siempre, la había clavado...