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Una persona como cualquier otra, que necesita escribir tanto como respirar.

jueves, 30 de junio de 2011

Books!

Hola!! 
El otro día vi en un vídeo de YouTube una chica que recomendaba los libros que más le habían gustado, y me di cuenta de que yo nunca os he recomendado mucho, ¡con lo que me gustan a mí los libros! ;) 
Ahora que estoy en pleno verano estoy leyendo más que nunca, a ritmo de un libro de cuatrocientas páginas en dos o tres días como mucho... Sobre todo leo a Nicholas Evans, pero ése no os lo recomiendo, es para mí y para nadie más :) 
Bueno, a lo que iba, hago un Top 5 de libros: 

1-Orgullo y prejuicio, de Jane Austen. ¿Cómo iba a faltar una novela semejante? Está escrita en el siglo XXI, pero ésa es la única diferencia-junto con el ambiente y las normas de las relaciones-que hay entre el amor de esa época y el de ahora. El lenguaje es antiguo pero sencillo de entender, la trama increíble, el final precioso. Trata de cinco hermanas de escasa fortuna. La mayor-Jane-se enamora de un joven rico que llega al condado, y él se enamora de ella, pero se verá apartado de ella por su amigo, Mr. Darcy, que parece al principio orgulloso y engreído, pero que al final se revela bondadoso y bueno, y que se enamora de la segunda hermana, Elizabeth. Elizabeth al principio no lo soporta, pero al final se da cuenta de lo bueno que es y ¡cae rendida! Es precioso, de verdad.

2-Vigo es Vivaldi, de José Ramón Ayllón. Este libro lo ha escrito un autor español. Es el diario de un chico de diecisiete años que vive en Vigo, y que se enamora de una chica catalana que acaba de llegar a su colegio... Es una saga, también están Diario de Paula, Otoño azul y Palabras en la Arena. Está muy bien, el vocabulario es sencillo, y al mismo tiempo que te entretiene te habla de temas actuales, como el aborto, y temas de siempre, como el amor y la amistad.

3-Romeo y Julieta, de William Shakespeare. Vale, este parece el típico libro tostón, pero la verdad es que yo pensaba lo mismo cuando lo leí y acabé encantada. La historia ya se sabe, y quien no la sepa que lea el libro, ¡porque el ejemplo más tópico de amor es el de Romeo y Julieta! Aunque no sea por placer, ha de saberse por cultura :P. 

4-Junia, de Michael E. Giesler. Este libro trata sobre una joven romana, Junia, que tiene dinero, belleza, comodidades, admiradores, inteligencia... Todo lo que se pueda necesitar. Su fama se extiende por toda Roma, su padre es uno de los allegados del Cesar... Pero un día descubre que su mejor amiga, a quien ella admiraba muchísimo, ha sido echada a los leones porque se ha descubierto que era cristiana. Cuando eso ocurre, Junia empieza a cuestionarse su fe-en realidad, no cree en nada-, el sentido de la vida, y si era el cristianismo la razón de que su mejor amiga siempre sonriera... Una historia de amor, pasión, y sacrificio, en un librito de no más de doscientas páginas. 

5-El diario de Ana Frank, de Ana Frank. Éste es el diario real de Ana Frank, una chica judía, de trece años, que se vio obligada a esconderse durante cuatro años en un pequeño recinto dentro de un edificio, junto con su familia y con otra familia, por culpa de Hitler. Es una chica realmente madura, que escribe bastante bien, y relata tanto sus amores, como sus penas, alegrías y miedos. Muchas adolescentes se sentirían identificadas con ella. 

Éstos son algunos de los que me han gustado, ya iré poniendo más. Por favor, si alguien conoce libros buenos (y con libros buenos me refiero a buenos de verdad, nada del típico romanticismo cursi y repetitivo de Crepúsculo, 3MSC, etc; serán buenos, pero son típicos. ¡Ah! Y cosas vampíricas tampoco me interesan), que me mande un mail a monifuente2010@gmail.com, para decirme cuáles y me los leeré; si ya los he leído, los incluiré en mi top 5. 

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Yo te esperaré

Sé que en tus ojos todavía hay amor, y tu mirada dice volveré, y aunque se pase toda mi vida yo te esperaré. 

Capítulo 13: El funeral

Mi tío me obligó a ir, ya que decía que, si no iba, me arrepentiría de no haberles dado el último adiós. Pero yo no quería despedirme de ellos. Quería que siguieran conmigo. 
-Has de ir, Courtney. 
Yo no respondía. 
-Sé que lo estás pasando mal. Tu madre... era mi hermana pequeña, mi favorita. La hubiera protegido con la vida si hubiera sido necesario. Cuando me dijeron lo que había pasado, quise morirme. Pero me prometí cuidar de ti, por tu madre, y también por tu padre. Así que voy a hacerlo. 
-No es lo mismo-susurré yo. 
-Lo sé, lo sé. Por supuesto que no es lo mismo. No quiero ni imaginar cómo te sientes tú ahora, pero soy la persona más cercana a comprenderte. Tienes que entender eso.
No dije palabra.
-Vamos, Courtney, hazlo por ellos. Tus padres habrían querido que fueras.
Aunque no respondí, media hora más tarde estaba lista para irme. 

La Misa del funeral me pareció pomposa, pedante, innecesaria. Yo siempre había confiado en Dios, y sabía que podría encontrar consuelo en él, pero no podía dejar de rebelarme ante laspalabras altisonantes del sacerdote. ¿Qué más me daba la vida después de la muerte? Probablemente, faltaba mucho para que yo alcanzara esa vida, la vida que me permitiría estar de nuevo con mis padres. No quería pensar en la vida después de la muerte... quería estar en ella. No es que tuviera tendencias suicidas, ni nada de eso-aunque pasó por mi mente, ni por un segundo logré pensar en ponerlo realmente en práctica-. Simplemente, quería a mis padres conmigo. 
Me costó tiempo entender que hay personas que ni siquiera tienen ese pequeño consuelo que proporciona el reencuentro futuro. 
Tras la Misa, fuimos al cementerio. La gente pasaba por mi lado ataviada con sus mejores prendas. "Tus padres eran unas personas excelentes", "fuimos grandes amigos", "puedes estar orgullosa de ellos", y otras expresiones de supuesto consuelo fue lo que tuve que escuchar durante media hora, por lo menos. Yo ya sabía todo eso. ¿De qué me servía si mis padres no estaban? Solo más tarde, mucho más tarde, sentí agradecimiento hacia las personas que trataron de consolarme.
En el cementerio vi con horror e impotencia como los restos mortales de mis padres eran encerrados tras una pared, dentro de la tumba.No quise llorar, pero sentía que el corazón se me hacía pedazos. 
-Hola-dijo una voz familiar, detras de mí. Su mano agarró la mía, y yo sentí como si alguien hubiera vendado mi corazón, al notar que me trasladaba a tiempos más felices: aunque todavía sangraba, ya no desfallecía de dolor. 
Miré a Chris a los ojos, y vi esa expresión reconfortante de cuando éramos pequeños. Esa cara de "yo lo arreglaré todo" que me aliviaba. 
Era como si hubiera vuelto a casa. 
-Hola, Chris. 
-¿Qué tal?
-Ya te puedes imaginar-traté de sonreír yo-. ¿Cómo es que has venido? 
-Tus padres son casi mis tíos. Pasaba tanto tiempo en tu casa como en la mía, ya sabes. 
-Eran-le corregí, bajando la mirada.
Él me levantó la cara.
-Siguen aquí, Courtney, mientras tú les recuerdes. No puedes olvidar a tus padres, Court. Rézales cada noche. Habla con ellos. Aunque no lo notes... ellos te responderán. 
En aquel momento ya no pude más. 
Me lancé a los brazos de Chris, y, con las lágrimas cayendo en tromba por mis mejillas, me aferré a él como si no hubiera nadie más en el mundo. Él me abrazó también, y nos quedamos en aquella posición hasta que la gente empezó a marcharse y despedirse.
Al cabo de un rato, mi tío me llamó. 
-Adiós, Chris-le dije-. Y gracias.
Él me dio un beso en la mejilla. 
-Sé fuerte, Courtney, ¿vale? 
-Vale.
Tras el episodio, volví al colegio. Pero ambos hicimos como si aquello no hubiera pasado jamás. La única diferencia residía en que ahora, en clase, ya no se respiraba tensión entre nosotros, sino un leve aire de complicidad. Pero, por razones que quizá sean inexplicables, no volvimos a ser amigos, ni él me habló más de mis padres. Yo tampoco le pedí que lo hiciera. Después apareció Jack, y ahora... 
Ahora Chris había vuelto. 
Y con él, todos los recuerdos.

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lunes, 27 de junio de 2011

NERVIOS!!

Hola blogueros!!
No sabéis lo nerviosa que estoy!!
¿Recordáis que os dije que había escrito una novela, y que estaba terminando de corregirla??
Bien, pues ya la he corregido entera.
Mi amigo escritor-y mi "enchufe" en esto del mundo literario-se la ha presentado anticipadamente a la directora de la editorial Bruño, y yo ahora se la he mandado, hará una hora como mucho.
Ahora lo que he de hacer es esperar y ver si me la publican o no, pero ¡la espera se hace tan larga!
Y acordaos de que, si me la publican, por fin os diré el título de la novela, y mi verdadero nombre... con apellido, claro. Así la podréis leer y comunicaros conmigo, para que sepa qué os ha parecido ;)
Rezad por mí, y quien no rece, que cruce los dedos, o lo que sea!!!
POR FAVOR! NECESITO VUESTRO APOYO, BLOGUEROS!!!
Un besazo,
Monica

Personajes

Hola!!
Había olvidado que no he puesto los personajes de la nueva novela!! Mi amiga Carol tiene una especie de página con fotos, y hay tantas de personas que es casi un deber poner algunas de ellas en los personajes.
Vale, estas son las fotos, la página de personajes la retoco luego:


Courtney 


Chris



Jack









Sharon 











Kath 











Bueno, estos son! ¿Qué os parecen? 






domingo, 26 de junio de 2011

Hola!

Hey!
El envío de entradas por correo no me funciona, así que me paso para deciros que quizá tarde un tiempo en publicar.
¿Qué tal se os está dando el verano, blogueros? ¡Mi amiga Lola y yo, estamos aburridas como ostras! Nos enviamos un mail por segundo, hahaha.
Un besazo!
Monica

domingo, 19 de junio de 2011

Capítulo 12: Chris


Chris y yo habíamos sido muy buenos amigos. Los mejores del mundo. Nos conocíamos desde pequeños, y siempre estábamos juntos. Algunas tardes, él venía a casa, otras iba yo a la suya. En parvulario decíamos que nos íbamos a casar. Cuando él comenzó a decir "las chicas dan asco", se refería a todas menos a mí. Conmigo seguía jugando, más incluso que con sus amigos.
Nos lo contábamos todo. Él me decía si se había enfadado con tal o cual persona, si sus padres le habían reñido por las notas... Yo siempre le consolaba, tratando de usar la imaginación para ello. Fue con él con quien comencé a escribir. Le contaba historias que no se harían jamás realidad, pero ambos disfrutábamos soñando con ellas.
El problema comenzó cuando nos hicimos algo más mayores. La adolescencia nunca es buena para un chico y una chica que siempre han sido amigos; en uno u otro momento, sus intereses cambian, o su forma de ver las cosas. Cambian los amigos. Cambia el ambiente. Cambian ellos mismos.
Eso fue lo que ocurrió conmigo.
Chris ya no me parecía el amigo que siempre fue; ahora le veía con otros ojos. Se me disparaba el pulso cuando me daba un abrazo, me sentía aliviada al verle llegar a mi casa para recogerme, andando con el mismo paso lento y absorto de siempre. Se paraba ante la fachada de mi casa, miraba hacia mi ventana y sonreía al verme mirándole. Alguna vez me había llamado en voz alta: "¡Eh, Julieta! ¿No bajas?" Si hubiera sabido el valor que aquellos comentarios sin importancia tenían para mí, quizá no hubiera dicho nada. Y así, mis esperanzas no se habrían roto todas de golpe.
A mí, él me defendía siempre. Cuando un chico me tiraba del pelo o me quitaba el almuerzo a la hora del recreo, él se acercaba y trataba de convencer al atacante, con buenas palabras, de que me dejara en paz. Si las palabras no servían, Chris conocía otros métodos de persuasión. Al cabo de un tiempo, una palabra amable de Chris conseguía mantener la paz. Semanas después, la paz se mantenía sola, y yo ya no necesitaba la defensa.
El problema comenzó al hacernos mayores.
-Estás cambiado-le dije, un día en que estábamos sentados en los sofás de mi casa, callados, sumidos en nuestros pensamientos.
-Tú también-respondió él.
-No es cierto. Yo contigo estoy igual que siempre-me defendí.
Era cierto que Chris había cambiado. Ahora pasaba todo el tiempo con sus amigos, salía de noche y no regresaba hasta la mañana siguiente, fastidiaba a niños más pequeños que él y se dedicaba a fumar, aunque yo sabía bien que no le gustaba el sabor del tabaco. Algunas veces trataba de invitarme a las fiestas a las que iba, o me intentaba convencer para que saliera con sus amigos y con él, junto con sus nuevas amigas. Yo me negaba rotundamente. No me gustaba el aspecto de los amigos de Chris, ni el de sus fiestas. A sus amigas ni me acercaba; desconfiaba de ellas más que de nadie.
Aun así, no era del todo cierto que yo siguiera igual. Desde hacía un tiempo, cuando estaba a su lado no podía evitar notar el color brillante y almendrado de sus ojos castaños, como si se concentrara en ellos pasión e inseguridad al mismo tiempo, el centelleo de su sonrisa al recordar algo divertido, su siempre interesante conversación. Todo era distinto, ahora, aunque al mismo tiempo, exactamente igual que antes. Sin darme cuenta, comenzaba a imaginar historias que yo sabía que jamás ocurrirían; traté de sacármelas de la cabeza, pero me fue imposible. Las historias volvían, una y otra vez, en sueños o cuando estaba despierta, con el tirón irresistible de la irrealidad.
Sin embargo, yo nunca dije nada. Él no parecía sentir lo mismo; estaba segura de que no lo sentía en absoluto. La gente nos asediaba constantemente con rumores, como si, al crecer, nuestra amistad hubiera de convertirse en algo más o desaparecer para siempre. Chris siempre decía que no había nada... yo callaba.
Un día, Chris apareció en el colegio acompañado de una de sus "amigas", Sidney Wilcox. Aquel día no me había pasado a recoger como siempre, y tuve que ir sola al instituto. Cuando llegué, y vi la mano de Sidney entrelazada con la de Chris, lo comprendí todo.
Comprendí que Chris y yo no iríamos juntos al instituto nunca más.
Comprendí que él nunca había sentido lo mismo.
Comprendí que, si salía con Sidney, era para alejarse de mí.
Y sentí como si un montón de rocas cayeran todas de golpe en mi estómago. Al cabo de unos meses, éstas se convirtieron en simple gravilla: ya no la sentía, pero, de vez en cuando, un leve dolor me recordaba que seguía ahí, en alguna parte.

Pasó medio año. Chris y yo no nos dijimos una sola palabra en todo aquel tiempo. Él rompió al cabo de poco con Sidney, pero tras ella vinieron muchas otras, y casi todas de la clase: Emma, Laura, Bethany, Kylie... Se sucedían sin fin. Algunas eran de nuestra edad, otras de uno o dos años menos. Él les pedía salir, y todas sin excepción aceptaban. Aunque me convencía de que le odiaba y de que jamás me había gustado en realidad, en el fondo pugnaba por saber si yo sería la siguiente chica de su lista.
Entonces fue cuando mis padres tuvieron el accidente que acabó con su vida. Yo no quería comer, ni hablar de ello con Sharon-que, por entonces, comenzaba a ser mi mejor amiga-o con mi tío Matthew, mi tutor tras la muerte de mis padres, ni tampoco dormir; desde luego, ni hablaba de ir al colegio. Permanecía encerrada en la habitación de invitados de la casa de mi tío y me empeñaba en pensar que seguía en mi cuarto, con mis padres al fondo del pasillo. Me sentía culpable por no haberme despedido, vacía y sola. La pena me desgarraba por dentro, y yo la odiaba, porque era como una muestra de que mis padres habían muerto, y de que no podía hacer nada por evitarlo.
Sin embargo, no lloré ni una sola vez, hasta el día del funeral.

Like a year without rain...

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sábado, 18 de junio de 2011

Bye bye

No me gustan nada las despedidas...
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miércoles, 15 de junio de 2011

Escribir...

Hoy me siento con ganas de escribir pero no puedo hacerlo. He de estudiar finales, y encima tengo hora para depilarme en la peluqueria.
Vaya plan!! Y algunos ya han acabado el colegio... Para que se sepa, no somos todos así de afortunados!
Mónica
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martes, 14 de junio de 2011

Finales

Mañana empiezo exámenes finales... Deseadme mucha, mucha suerte! Estoy muerta de miedo :S
Mónica
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lunes, 13 de junio de 2011

Capítulo 11: Jack... y Christian


-¿Qué hacíais?-preguntó Jack, intentando sonar natural.
-Hablábamos-contestó rápidamente Kath-. Supongo que imaginas sobre qué.
-Lo imagino, sí-me sonrió, pero no le devolví la sonrisa-. ¿Y... qué tal?
-Perfectamente-dijo ella, cogiéndole la mano, pero me dirigió una mirada culpable, de reojo, y se apartó.
-No, no te preocupes-conseguí decir yo-. No hace falta que os molesteis. Lo de Jack y yo se acabó, ¿no? Haced lo que queráis.
-Pero, Courtney...-dijo Kath, que parecía realmente apenada-. No puedo creer que no te importe nada. ¿Estás segura de lo que dices? No quiero sentirme... bueno, culpable. Debería odiarte, pero sabiendo que no lo hiciste a posta, no puedo.
Miré a Jack a los ojos, decidida.
-No me importa, de verdad. Fue una tontería que hicimos en verano, y en eso quedó. Cada uno por su lado. Es lo mejor para vosotros, y desde luego para mí.  En el fondo, cada vez nos da más igual. A los dos.
La mirada de Jack me hizo recordar el tiempo pasado, en que sus ojos eran cálidos y siempre reían, acompañando a sus labios. Ahora sólo expresaban confusión. Una confusión repugnante, amenazadora, que se cernía sobre mí como una nube negra. Pero la confusión no significaba nada para mí; estaba claro por quién debía decantarse. Si no, a pesar de mis palabras, hubiera dejado a Kath, por buenos amigos que fueran. Ninguno de ellos merecía dejar de ser feliz por mi culpa. Bueno, Jack sí lo merecía. Pero ya estaba sufriendo lo suficiente con aquella situación como para que yo sintiera deseos de planear una venganza.
Como fuera... un verano no podía competir con diecisiete años de relación continuada.
Suspiré.
-He de irme a casa-dije-. Ya nos veremos.
-Lo siento, Court-susrró Jack.
-Eso es evidente-mascullé mientras me alejaba, con sarcasmo, de forma que ninguno de los dos, o quizá sólo Jack, pudiera oírme.
Sharon me esperaba a la salida del instituto.
-¿Qué tal ha ido?
-Genial-ironicé-. La novia de Jack es majísima y perfecta, me ha pedido que no vuelva a hablarle a su chico y yo he aceptado. Entonces ha aparecido Jack, le he dicho que entre nosotros ya no había nada, y él, quedándose con Kath, me ha dicho que lo sentía. La mejor charla de mi vida, en resumen. ¿Y tú, qué tal?
Sharon sonrió.
-Bastante mejor, y sin líos amorosos, por el momento. Aunque estoy en camino de ponerte peor las cosas. Me he enterado de algo... relativo a ti.
-¿Qué es esta vez?-le pregunté.
-Recordarás a Christian Lewis, ¿no?
-Si va a mi clase, ¿cómo no voy a recordarle?-gruñí. Ahora sólo me faltaba Chris, el siempre inoportuno Chris.
-Ya sabes a qué me refiero-resopló mi amiga-. ¿Lo recuerdas, o no?
-Claro que sí. ¿Qué pasa con eso?
-Pues... ha estado hablando de ti. Y de la entrevista.
Abrí desmesuradamente los ojos. No quería oír lo que venía a continuación, aunque ya lo supiera.
-¿Y?
-Todos dicen que es él... tu "Jay". Y... él también lo cree.
Bajé la mirada al suelo. Hundí los hombros, y se me escapó un pequeño suspiro al recordar a Chris.

domingo, 12 de junio de 2011

Mientras...

Mientras haya unos ojos que reflejen
Los ojos que los miran,
Y responda el labio suspirando
Al labio que suspira,
Mientras sentirse puedan en un beso
Dos almas confundidas;
Mientras exista una mujer hermosa
Habrá poesía.
G. Adolfo Bécquer, "Habrá poesía".
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Capítulo 10: Conversación


Tenía que hablar con Jack, o con Kath, a las malas. Tenía que saber por qué Kath me odiaba, aun sin conocerme. Era cierto que yo tampoco le tenía mucho aprecio, pero ¿se suponía que Jack le había contado quién era yo? Es decir, a mí tanto me daba que me lo dijera, porque estaba enfadada con él de antemano. Pero ¿a su novia? Era algo honesto; sin embargo, debería significar el fin inminente de la relación, y yo los había visto en una actitud que no dejaba lugar a dudas... No entendía nada. Comprendía que no debería meterme en aquellos asuntos, pero necesitaba saberlo. Mi curiosidad ganaba por goleada a mi vergüenza.
En cuanto sonó el timbre de fin de las clases, me dirigí con paso vacilante hacia la clase de Jack. Observé por la parte acristalada de la puerta. Todavía no habían terminado. Casualmente, mi mirada se cruzó con la de Kath Sommers, que de pronto le dijo algo al profesor y salió del aula.
-¿Qué haces aquí?-me preguntó, algo desdeñosa.
Si sabía quién era yo y mi relación con Jack, tenía todo el derecho a despreciarme...
-Estar-respondí, sin embargo.
-Mira, si crees que no sé lo tuyo con Jack, estás muy equivocada. Él no sabía lo que hacía cuando salió contigo. Por eso me lo ha contado, supongo. No digo que tú seas mala chica ni nada de eso, pero... él y yo estamos muy enamorados. No me dejaría por cualquiera. Le he perdonado, ya que todos nos equivocamos alguna vez. No quiero enfadarme contigo, ya que ni siquiera te conozco, pero he de pedirte, por favor, que te alejes de él. Lo que sucede una vez siempre puede volver a suceder. Y no te lo pediría si fuerais amigos, pero como veo que no os habláis, imagino que no representará un esfuerzo muy grande.
Estaba algo aturdida por su aplastante discurso. Tenía razón en todo, en realidad. Aunque cuando había empezado a hablar me había enfurecido, ahora la comprendía. Yo era aquella chica que le había quitado el novio. Tenía derecho a estar enfadada, y se había portado muy bien conmigo considerando las circunstancias, aunque yo no tuviera la culpa de nada, en el fondo, porque nunca supe lo de Jack con Kath. Si hubiera sabido lo de ellos dos, no habría respondido al flirteo del chico... ¿o sí lo habría hecho? Suspiré. Todo aquello era parte del pasado, y en cualquier caso, nunca sabría mi reacción de haber sido otras las circunstancias en que transcurrió aquel verano.
Llegó el momento de que yo hablara.
-Creo que tienes razón, Kath, y no sabes cuánto siento lo ocurrido. Te prometo que yo no sabía que salíais juntos, no me enteré de ello hasta ayer. Y cuando me lo dijo... sí, reconozco que sentí envidia, celos, pero no ha cambiado nada. Desde que terminó el verano, no hay nada entre Jack y yo, por lo que no se me hará difícil alejarme de él.
Vaya una mentira más grande. Desde luego que sería difícil. Me había costado no hablarle en tanto tiempo, y cuando me lo explicó todo, creí que podríamos arreglar las cosas... Pero yo misma había decidido que no podía estar con Jack si él era, al mismo tiempo, de otra chica, y además, arreglar las cosas significaba eliminar a Kath. Ella no se merecía eso. Yo no hubiera querido que me hicieran algo así si tuviera novio, y menos si hubiera tenido con él la relación que Jack y Kath tenían.
En el momento en que pronunciaba las palabras "no se me hará difícil alejarme de él" y pasaban por mi mente todos aquellos pensamientos, apareció Jack por la puerta. Me observó con unos ojos dolidos que indicaban que sabía de lo que estaba hablando. Quise negarlo, quise abrazarle y hacer desaparecer a la chica que, cumpliendo sus sueños, me había privado de los míos.
Los sueños son solo eso... sueños.
Por ello no llegué a negar nada, ni siquiera rocé a Jack; simplemente, miré a Kath y esperé su reacción.

sábado, 11 de junio de 2011

Capítulo 9: Búsqueda


-¿Quién debe ser Kath?-le pregunté a Sharon.
Nos fuimos al pasillo en la pausa entre clases para intentar comparar opiniones.
-Pregúntale a Jack-sonrió ella.
-Sí, y luego me tiro de un puente. ¡Vamos, Sharon!
-Vale, vale. ¿Por qué no hablas con alguno de su curso y le preguntas? Dile que tienes que darle algo. Aunque ¡espera! Realmente, soy tonta. Tengo el anuario en la mochila: busquémosla.
Entramos en clase y cogimos el anuario de Sharon. Pasamos las páginas hasta llegar al curso de Jack, y pronto encontramos en su clase a dos Kaths.
Una era morena, de ojos castaños y pestañas espesas, nariz recta con algunas pecas en su piel oscurecida por el sol, labios finos que se curvaban en una sonrisa cándida y llena de vida. Su pelo era castaño y liso, hasta el pecho.
-¡Mierda!-mascullé yo.
-¿Qué pasa?-me preguntó Sharon, sorprendida.
-Es guapa y parece buena chica, tal como dijo Jack. Ni siquiera tiene un grano o unos ojos que oculten un brillo malvado.
-Bueno, puede que no sea ella, sino esta otra-respondió mi amiga, señalando la fotografía de la otra Kath con el dedo índice.
Estaba también relativamente morena, aunque no tanto como la otra. Su pelo era negro, con los extremos rizados, cayéndole por la espalda, y un pequeño rizo rebelde en la frente. Sus ojos, de un negro profundo, tenían un brillo de simpatía y diversión. La pequeña nariz respingona y los labios gruesos, ocultando a medias unos dientes blanquísimos, completaban su fisonomía de aspecto travieso, como de niña pequeña.
-No tengo ni idea de cuál de las dos puede ser-dije, dándome por vencida.
-Yo creo que es Kath Sommers-dijo Sharon, señalando a la Kath de cabellos lisos y castaños.
-Pero la otra, Kath... Willis, puede ser ella perfectamente.
Sharon me indicó que mirase al fondo del pasillo con un gesto vacilante:
-Bueno... creo que eso solo puede hacerlo la Kath que dice Jack; y es Kath Sommers.
Miré hacia donde me decía.
Al fondo, Kath Sommers estaba abrazando a Jack, con la cabeza apoyada en su hombro. Él le acariciaba el pelo y le decía algo que no alcancé a oír.
Jack no me vio.
Pero Kath sí, y la mirada asesina que me lanzó fue suficiente como para quitarme todas las dudas que me quedaban respecto a si era ella la Kath que buscaba.
 

viernes, 10 de junio de 2011

Fiesta...

Una fiesta sorpresa desastrosa... :(
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jueves, 9 de junio de 2011

Cumple

Hoy es el cumpleaños de mi prima Mar-la pequeña que os dije hace unos meses, creo-. Felicitadla... Por vía telepática!! Jajaja
Mónica
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Capítulo 8: Celos


-Entonces, ¿se acabó? ¿Vas a rendirte así, tan pronto?
Sharon me observaba exasperada mientras le contaba lo de Jack. Hasta el día en que Jack le habló de mí, se había mostrado muy escéptica respecto a "lo nuestro", pero ahora me creía plenamente.
Las dos miramos hacia Jack, que estaba en un rincón del patio, charlando con una chica de cabello rojo como el fuego, liso y largo, y unos ojos azules que destacaban incluso en la distancia. De vez en cuando se reían a carcajadas.
Quisiera admitirlo o no, me molestaba que Jack se hubiera tomado mis palabras tan a pecho... ¡podría esperar a que yo no estuviera delante, hombre! Claro que todo era fruto de la charla del día anterior, de lo que yo le había dicho. Era lo que en el fondo quería, porque no quería sufrir más, pero... tampoco quería separarme de él. Estaba harta de aquella inestabilidad de mis sentimientos y deseos. ¿Es que nunca tendría un objetivo fijo?
Sonó el timbre y nos fuimos a clase de nuevo. En el pasillo, me choqué con Jack, que parecía haberse puesto ahí a propósito.
-Perdona-mascullé, tratando de seguir mi camino.
Él me agarró del brazo y me miró a los ojos, sonriendo:
-¿Estás totalmente segura de que quieres seguir con el trato de ayer?
-¿Me lo dices precisamente después de flirtear con Kath?-exclamé yo, enfadada.
-Lo sabía...
-¿El qué?
-En primer lugar, Kath es mi novia, y no puedo flirtear con ella porque ya salimos juntos, ¿de qué serviría tratar de demostrarle que me gusta? Es lógico. Y en segundo... ésa no era Kath, sino una amiga. Pero está claro que nos has estado observando. Alguien está celosooo...-canturreó él.
-No es verdad, ¿vale?-balbucí yo, indignada pero avergonzada al mismo tiempo-. Tengo clase, déjame pasar.
-Sí, claro. Hablaremos-se despidió él.
-No.

miércoles, 8 de junio de 2011

No a las autoridades

Yo soy de las que piensan que las autoridades están muy bien, pero para los demás. Puede que sea un pensamiento equivocado... Pero si me da la gana de rebelarme, voy y me rebelo, y no serás tú quien me lo impida!!!
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Capítulo 7: La quieres a ella


-La verdad es que ya salíamos antes del verano, Courtney.
Yo escuchaba callada su confesión, mientras Jack me contaba la historia entre Kath y él mismo. Una historia preciosa... La voz de Jack me la relataba por teléfono.
-Nos conocemos desde los tres años. Siempre hemos sido muy amigos, desde niños. Si tenía un problema, sabía que podía contárselo. Siempre tiene la palabra adecuada para cada momento. Es como una hermana para mí.
Yo seguía en silencio. Esa confesión me traía dos recuerdos a la memoria: el primero me hacía pensar que yo había creído parecerme a su hermana... y ahora resultaba que su hermana era la viva imagen de Kath. No lo entendía. Quizá veía a Kath como a una hermana mayor, y a mí como a Sophie, su hermana pequeña. El otro recuerdo era sobre algo que no quería mencionar: un amigo parecido que tuve yo una vez... Pero no, no debía pensar en ello. Estaba olvidado.
Por lo demás, ¿qué me importaba a mí lo que hiciera esa chica? La odiaba sin conocerla. No quería saber nada de ella.
-Va a mi curso; es realmente una gran persona, pero...
-¿Qué?
-Pero has aparecido tú.
-Ya, pero a ti te gusta ella-tragué saliva para formularle la pregunta más importante que quería hacerle-: ¿Te sigue gustando? Si no, no saldríais, ¿verdad?
 Se hizo el silencio de nuevo, y al final respondió, con un suspiro:
-La verdad es que no lo sé. No estoy seguro de nada. Lo que sé es que quiero estar contigo, pero no quiero dejar de estar con ella.
-Si lo que propones es un trío, puedes ir olvidándolo.
-¡No seas tonta, Courtney! Aunque yo quisiera-que no es así-no solucionaría nada. Es que tú eres tan... tan parecida a mí. Es como si pudieras entender hasta mi más mínima reacción. Ella en cambio, no es igual. Me conoce profundamente por haber estado conmigo tantos años, y siempre me escucha. Pero somos totalmente distintos.
-Genial. Dicen que los opuestos se atraen-ironicé yo, secamente.
-Pues parece que a mí me atraen los opuestos y los iguales-se rió él.
-Ya. Yo creo que lo que pasa es que la prefieres a ella porque es mayor, y posiblemente más guapa que yo, la niñata de catorce años.
Me sentía como una envidiosa niña pequeña que peleaba con otra por la atención de la profesora de párvulos.
Jack resopló bruscamente:
-¿En serio es eso lo que te importa? Quiero decir, influye, pero... En fin, que las dos sois muy guapas. ¿Contenta?
-Claro.
Me quedé pensando en aquella estéril conversación. Nada de aquello cambiaba la realidad. Me serené y le dije:
-Mira, Jack, tú sientes lo mismo por dos chicas, pero lo cierto es que yo sólo siento esto por ti. Y si tú no sientes lo mismo, no creo que, aunque tuviéramos algo, saliera bien.
-Pero...
-No, Jack. Lo digo por el bien de los dos, y lo sabes. Tú, en el fondo, a quien quieres es a Kath; piénsalo. Llevas con ella toda la vida. Yo soy una chica del verano; pero soy una persona, al fin y al cabo, una persona a quien ya han hecho demasiado daño. Es mejor, incluso, que no volvamos a hablarnos. Sería malo para ti, y para mí; no quiero estar sufriendo por un chico que sale con otra.
-Vamos, Courtney, yo...
-Tú a mí no me quieres, y no hay más que hablar. Simplemente te gusto, te intereso... lo que sea. En verano, las cosas se ven desde otra perspectiva, eso es todo-le interrumpí.
-No es por el verano-rebatió él.
-Te lo estoy poniendo fácil, Jack: sal con Kath. Punto.
Le colgué el teléfono, porque podía prever que las lágrimas iban a estar acompañándome el resto de la noche. Lloré como una magdalena durante horas. Ansié que mi madre entrase, me acariciase el cabello, mientras yo me desahogaba contándoselo todo...
Por desgracia, era algo que mamá no volvería a hacer.

martes, 7 de junio de 2011

Enchanted

All I can say is it was enchanting to meet you...

Enchanted, Taylor Swift


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Frases de canciones :P

Que me muero por tu vida cuando veo esos ojitos, que me quedo sin sonrisa cuando doblas esa esquina... (Vuelve, ECDL)
What if we were made for each other, born to become best friends and lovers? (What if, Colbie Caillat)
The way you take my hand is just so sweet... (You got me, Colbie Caillat)
Son de amores, amores que matan, amores que ríen, amores que lloran, amores que amargan (Son de amores, Andy&Lucas)
No puedes detenerle, no puedes defenderte, no puedes hacer mas que rezar por tener suerte. (La bella y la bestia, Porta)
Me gustaría que escucharais estas canciones, están genial!!!
Un beso :)
Mónica
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lunes, 6 de junio de 2011

Novela

Os esta gustando la blognovela, de momento? Tengo una de las libretas del cole escrita con todo lo que llevo de historia por detrás, jaja. Y preparaos, que aún quedan muchas cosas por descubrir!
Un besazo!
Mónica
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Capítulo 6: ¿Hay otra?


Aquella tarde, al llegar a mi casa, volví a sumirme en el recuerdo. Mi tío no había llegado de trabajar aún, lo que era una ventaja, puesto que no tenía que fingir alegría ante él, ni tampoco hablar de mi novela, del marketing y de las ventas, cosa que en otro momento me hubiera interesado, pero no en aquel.
-Vamos, Courtney, no es tan difícil-me alentaba Jack, con voz animosa.
Yo todavía estaba esperando que se rindiera, pero no parecía que fuera a hacerlo.
Respiré hondo, y volví a cargarme de energía. Llevaba toda la tarde intentándolo, durante horas. Había visto el sol, bastante cerca del centro del cielo, ir declinando poco a poco, hasta que ahora estaba ya casi en el horizonte, y sólo veía la mitad del disco. Hubiera pensado que era algo perdidamente romántico si no estuviera tan cansada. Estaba claro que el surf no era lo mío, aunque sí fuera lo de Jack.
-Una última vez-me suplicó.
Asentí con la cabeza. Aunque fuera la última vez en la vida, quería hacerlo bien. No tanto por Jack, como por mí misma. Llevaba todo el día intentándolo. Estaba harta. Quería dejarlo. Pero no pensaba rendirme hasta conseguirlo, y me daba igual tener que seguir intentándolo hasta que comenzara el curso.
Nadé con la tabla de surf bajo mi cuerpo, alejándome unos metros de la orilla. Esperé a la ola propicia, y cuando se presentó, impulsé mis brazos, nadando con todas mis fuerzas. Todo eso lo había hecho antes. Me senté en la tabla y seguí impulsándome, y entonces, cuando ya estaba "dentro" de la ola, intenté levantarme, temiéndome lo peor.
Sin saber cómo, mis pies estaban sobre la tabla, y mi cabeza, erguida como el resto de mi cuerpo, surcando el oleaje. Me sentí como la reina del océano, con el viento en la cara y enredándose en mis cabellos rubios, y las salpicaduras de agua salada en mis piernas y mi espalda. Llegué hasta la orilla, medio ladeada.
-¡Bravo, Courtney!-gritó Jack, corriendo hacia mí. En su entusiasmo, dio un traspiés y cayó encima de la tabla, cerca mío.
Me acerqué a él rápidamente.
-¡Vaya trompazo! ¿Estás bien?-le pregunté, algo preocupada.
-Claro que sí... Sophie.
-Vale, creo que la caída de ha trastornado-dije yo, echándole agua del mar por la cara para reanimarlo.
-No, no-rió él, quitándose el agua del rostro-. Sophie es como se llamaba mi... ya sabes, mi hermana pequeña. Es que te pareces tantísimo a ella...
-Bueno, es un placer sustituir a Sophie-sonreí yo.
-En realidad, sólo hay una cosa en la que no te pareces-dijo él.
-¿Y en q...?-no pude terminar la pregunta, porque su cara estaba de pronto muy cerca de la mía, y antes que me diera cuenta sus labios y los míos estaban juntos.
Nos separamos al cabo de poco, y nos quedamos tumbados, mirando al cielo que comenzaba a cubrirse de luminosas y minúsculas estrellas, cada uno sumido en sus pensamientos.

De tanto recordar, me quedé dormida, a pesar de lo temprano de la hora. Me desperté a las diez y media de la noche, cuando sonó mi móvil. Lo cogí sin mirar quién era.
-Sí-dije con voz somnolienta.
-Hola, Court. ¿Podemos hablar?
Me quedé un momento en silencio, sin dar crédito a lo que oía.
-Claro, ahora las conversaciones son por teléfono. En la calle podrían vernos... Jack en su estilo más puro, ¿no?
-Vamos, Courtney. Si quieres, quedamos en algún sitio, pero no creo que te dejen salir ahora, siendo miércoles...
Volví a mirar la hora, ya que se me había olvidado. Gruñí. El muy idiota de Jack tenía razón; mi tío habría llegado ya, y no me dejaría salir si no era por un motivo especial. Desde luego, el que me viera con un chico se consideraba un motivo especial... especialmente malo.
-¿Qué quieres?-le pregunté, enfadada. Casi podía ver cómo se dibujaba una sonrisa burlona en sus labios, si es que no la había esbozado desde el principio.
-Quiero hablar. Hablar contigo de lo que pasó.
-¿Lo que pasó? Lo que pasó está muy claro, Jack. Pasamos un verano increíble, lleno de mentiras por tu parte e ingenuidad por la mía, y volvimos al colegio. Me dejaste de hablar, me di cuenta de lo estúpida que había sido al pensar que yo te importaba lo más mínimo, y fin de la historia-lo solté todo de golpe, sin pararme ni a respirar. Todavía había un montón de cosas que quería decirle: lo mucho que lo había echado de menos, lo que lo había necesitado en momentos de nostalgia, las veces que había recordado el verano... lo muchísimo que todavía le quería, y lo enfadada que estaba porque, a pesar de todo, no lograba odiarle, ni siquiera sentirme indiferente.
-No, Courtney, no fue así-dijo él.
-¿Ah, no? Y entonces, explícame, ¿por qué me dejaste de hablar en cuanto volvimos al colegio? ¿Te divertía, o algo así? ¿Era una especie de juego que se acaba en cuanto tu nombre es posible objetivo de una revista para adolescentes?-le espeté con rabia.
-¿En serio crees que todo fue eso? ¿Una simple diversión?-me preguntó Jack con tono dolido.
-Eso es lo que parece.
-Pues te lo parecerá a ti, Courtney. Es todo mucho más complicado que eso, ¿no lo entiendes? Yo... me gustas. Aún me gustas, a pesar del tiempo que ya ha pasado. Y aunque no te haya hablado en todo este tiempo, sí te he visto, riendo con tus amigas, contándoles a los alumnos detalles de tu novela, secretos irrevelables. He leído lo que has escrito, he visto tus entrevistas y tus apariciones en televisión. No quería hacerlo, pero lo hice.
-¿Y por qué? Tú no querías hacerlo. Supongo que en verano te pareció bien salir conmigo, cuando no había más chicas en ese pueblo muerto, pero al llegar al instituto te diste cuenta de que tus amigos...
-¿Quieres dejar a mis amigos en paz? Ellos no tienen nada que ver con esto. Y tú no fuiste una diversión en la que me fijé al no haber más posibilidades. Pero es cierto; intenté olvidarte, aunque las razones sean distintas a las que crees. No es por mi reputación, Courtney; tenía que olvidarte, tenía que hacerlo por todos los medios.
Me quedé callada, meditando sus palabras. Y, poco a poco, las piezas del puzzle empezaron a encajar en mi cerebro con pasmosa facilidad: de pronto lo entendía todo. Absolutamente todo.
-Hay otra chica.
Jack tardó unos segundos en responder.
-Sí.

domingo, 5 de junio de 2011

Love

Si el amor es como una montaña rusa, yo debo de estar en el Dragon Khan...
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Capítulo 5: Encuentro en el colegio


-¡Court! ¡Courtney!-me llamó Sharon.
La observé, preguntándome qué querría. Le había dejado claro que no era el día idóneo para hablar. Esperaba que fuera algo importante.
-¿Qué?
-He hablado con... Jack-dijo ella, sin aliento, por haber corrido hasta mí.
Abrí los ojos desorbitadamente.
-¿Cómo?
-Sí, bueno, él... yo no sabía quién era, es decir, sé perfectamente quién es Jack Stevens, como todo el mundo, y todavía más porque él y tú... bueno, pero nunca nos habíamos hablado hasta ahora, ya lo sabes. Por eso estaba flipando, y más cuando me ha comenzado a decir...
-¿Qué? ¿Qué te ha dicho?-le pregunté con curiosidad.
-Me ha preguntado si era amiga tuya. Y dice que quiere hablar contigo. Esta tarde, fuera del colegio, en...
Suspiré. Otra vez "fuera del colegio". Todo por su maldita reputación. Si sus amigos se enteraban de que hablaba con una enana, aunque fuera la que había escrito la novela y se había forrado, perdería esa reputación. Pues que se fastidiara. Si tenía que mandarla a la porra, lo haría, y si no le gustaba, mejor.
-Voy a verle ahora mismo.
Le busqué en el lugar donde solía estar con sus amigos. Ellos estaban ahí, pero él no estaba entre ellos. Le encontré fumando en los lavabos. Su sola imagen, con el cigarrillo en la mano, bastó para que de nuevo se disparasen los recuerdos.

-¿Fumas?-le pregunté, arrugando la nariz al oler el humo-. ¡Qué asco! 
Seguía estando ante Jack Stevens, pero ahora era simplemente Jack. Él sonrió y formó pequeñas volutas de humo, que subieron hacia el cielo azul de agosto. 
-Sí que fumo. ¿Es que no sabes que esto es un pitillo? 
-Bueno, fumabas. Ahora ya no-reí yo, tirándole el cigarrillo al suelo de un manotazo. 
-¡Eh! ¡Que son caros! 
-Otra razón para no fumar, puesto que aquello de que mata a la gente no te sirve-volví a reír, y el me empujó en broma. 
Había pasado sólo una semana, pero al estar juntos casi todo el tiempo, nos conocíamos cada vez mejor. No había nada que hacer en aquel pueblo, excepto ir a la playa y hablar, hablar mucho, así que nos dedicábamos a eso. Me sentía bien estando con él. Ya no era por su fama de perfecto ligón, sino porque a su lado todo era distinto... era especial. 
-¿Y qué quieres hacer hoy?-me preguntó, recostándose en la pared. Tuve que reconocer que estaba... en fin, que estaba buenísimo. 
-Podemos ir a la playa o... ¡ir a la playa! ¿Qué prefieres?
Se rió y se subió a la moto. 
-¿Sabes hacer surf? 
-No... 
-Entonces, ya sé lo que vamos a hacer hoy. 
-¿Sabes que te pareces a esos dibujos animados de Phineas y Ferb? 
-Tú calla y sube a la moto. 

-¡Courtney! ¿Qué haces aquí?-exclamó Jack, soltando el cigarrillo y apagándolo de un pisotón.
-Lo siento por hablarte en el colegio, a la vista de todos-ironicé, plantándome ante él y desterrando los recuerdos de mi mente.
-No es por...-comenzó él.
-Mira, me da igual. Sólo vengo a decirte que no pienso ir a hablar contigo de esa estúpida revista, y menos si me hablas a través de mis amigas y encima exiges una hora y un lugar, en vez de venir tú solo a decirme lo que tengas que decir, como cualquier chico normal.
Me di la vuelta y me alejé altivamente, pero me detuvo una sola frase suya.
-Jay también tiene una moto.
Me giré de nuevo hacia él.
-¿Qué has dicho?
-Jay, el protagonista de tu novela. Tiene una moto. Es como la mía.
-¿Lo has leído?
-Es bueno-sonrió.
-Me da igual lo que pienses-mentí. Después de todo, contenía parte de nuestra historia.
-¿Ya te lo han dicho tanto como para que se te suban los humos?-se rió.
-¡Anda, cállate, Stevens!-le empujé en broma.
Por un momento parecía que hubiéramos vuelto al verano... y eso me bastó para volver a tomar conciencia de mis actos.
-Adiós-dije fríamente, y me fui.
-Pero, Courtney...
Preferí no responderle. Volví con Sharon, que, adivinando en mi expresión que no había ido bien la charla, al menos para mí, me abrazó con fuerza.
Sonreí para mis adentros, pensando que Sharon era una de esas amigas de verdad a las que se refería Jack cuando hablamos de eso en verano.

10

Aparenta ser un nueve; dicen que es un cero; pero en el fondo, es un diez.
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sábado, 4 de junio de 2011

Grr!!

Por qué mi madre no me deja ponerme la ropa que quiero? Ya soy mayorcita, por favor!
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viernes, 3 de junio de 2011

Enfermo

Mi hermano de cuatro años tiene mañana la fiesta de fin de curso de su parvulario. Le he preguntado si había ensayado hoy para la fiesta, y me ha dicho que no 'porque mañana estará enfermo'. Lo tiene bien planeado el tío!! Jaja
Mónica
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Revolución fallida

La revolución sobre el consejo de curso no fue bien... La profesora me dijo en voz baja-para que no la oyeran las que estaban a mi favor, claro-, que a ella el consejo de curso le ayuda mucho y que el que yo no le vea la utilidad no es su problema. Palabras textuales. Y nadie pudo apoyarme porque nadie la oyó. Se lo conté a mis amigas luego, y están decididas a hablar todas con la profesora. El poder de la masa puede ser mucho mayor que el del poder en si, no creéis? Así ha conseguido Francia la república, y así conseguiremos nosotras que el consejo de curso tome funciones que pueda hacer bien.
En fin, si tengo nuevos resultados sobre el tema, os cuento...
Echo de menos tener comentarios, y comentaros!!
Mónica
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jueves, 2 de junio de 2011

Lluvia

El poder salvaje de la lluvia sobre las montañas...
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Gritos

Mi hermano no para de soltar chillidos, y mi hermana de quinto de primaria... Le acompaña cantando con su horrible voz de pito. No puedo mas! Alguien conoce un manicomio familiar? Necesito uno...
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Emma

Estoy viendo la película de Emma, una novela adaptada de Jane Austen. Tenéis que verla! La protagoniza Gwyneth Paltrow.
Hala, ya tenéis algo que hacer esta tarde! Jaja
Mónica
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miércoles, 1 de junio de 2011

Revolucion! xD

Hoy, en mi clase, haremos un debate para eliminar el consejo de curso. Mi amiga Gianna y yo-las debatistas de la clase-estamos decididas a ganar el debate contra la profesora y algunas ninas que estan en contra. Si estamos en el mismo grupo, el debate esta casi ganado.
Nuestra idea es que no todo lo de la clase lo decidan cinco ninas. Ellas representan al curso, pero nosotras 'somos' el curso. Democracia representativa: todas decidimos y unas hacen de portavoces. Eso es lo que pedimos para nuestra clase.
Como veis, en mi clase la politica la tenemos bastante asumida, y tomamos parte como podemos.
Deseadme suerte, y que viva la revolucion! Jajajaja
Un besitu
Monica
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