Paula suspiró al ver la acción que había provocado el avatar de Nacho, y apartó su avatar del del chico enseguida.
-Esto es virtual, Nacho. No puedes esperar que recuerde nada, o que sienta nada, con una acción por internet. Al menos, no sin palabras.
-Lo sé; aun así, antes sí sentías algo, ¿no?-respondió el chico.
-Antes era antes. Ya te lo he dicho, mi vida está fuera de la pantalla, y además, tengo novio. Así que por favor, no vuelvas a intentar esto conmigo.
-¿Todavía quieres que quedemos mañana?
-Claro... si te comportas como una persona normal, que sabe lo que hace.
Después del asentimiento de Nacho, la chica se despidió y se desconectó del mundo virtual. Ahora ya sabía quién era el chico. Le sorprendió y emocionó tanto el descubrimiento, que llamó al momento a Dani, para contárselo a él:
-¿Sabes quién era el chico con el que nos encontramos?-dijo.
-¿Ya lo sabes? Qué máquina. ¿Quién era?-preguntó Dani con curiosidad-. ¿Un primo segundo, un amigo, o...?
-No; en realidad no le conocía personalmente. Es sólo que ha sido como un instinto, una magia o algo así, no sé. El caso es que era un tipo de Connect3. ¿Sabes quién es Nacho?
-Sí, era ese con el que "salías", ¿no?
-Pues ese mismo. Hoy me lo he encontrado y hemos quedado para mañana.
-Ah-respondió Dani. En su voz había una sombra de algo que desconcertó a Paula: no supo identificar si eran celos, enfado o sorpresa, pero quiso tranquilizar al chico.
-No te preocupes, Dani: de todas formas solo vamos a hablar. No es una cita, ¿eh? No vayas a creer que voy saliendo con otros chicos, porque sabes que no es así. Además, si sintiera algo más, ¿no crees que no te habría llamado para contártelo?
-Tienes razón. Espero que todo salga bien mañana. Si pasa algo... ya sabes mi número.
-No te preocupes. No va a pasar nada: es sólo un chico, como otro cualquiera. Pero no como tú.
-Ais, que te pones romántica-bromeó el chico.
-Si quieres, cuelgo el teléfono-contraatacó ella sonriendo.
-Te diría que no, pero he de irme, o sea que vas a tener que hacerlo aunque te mueras por seguir hablando conmigo-rió él.
-Bueno, entonces nos vemos mañana en el colegio. ¡Adiós!
-Adiós, Paula. Nos vemos.
La chica colgó el teléfono y se fue a cenar. Se sentía... distinta. Quizá emocionada por lo que pasaría mañana. No estaba muy segura.
*
Paula salió del colegio y se dirigió al lugar en el que había quedado con Nacho por SMS; todavía conservaba su número de móvil de cuando él se lo había dado, tiempo atrás. Era una pequeña cafetería de las afueras del barrio, poco conocida y que ella no frecuentaba; ni ella ni ninguno de sus amigos o compañeros de clase. Lo que era una suerte, porque sabía perfectamente lo que haría Alexis si la veía con otro chico por la calle. Además, pensó recordando a Nacho, el chico era muy guapo: quizás hasta se sentía celosa de verla con él. Nunca se sabía...
Entró en la cafetería y encontró a Nacho sentado en una mesa alejada de la puerta, bebiendo lentamente un café. Parecía ansioso por entrar en calor; posiblemente había entrado minutos antes que ella en el local.
Cuando la vio, en su rostro apareció una sonrisa seductora que a ella no le gustó demasiado, pero hizo lo posible por ignorarla: de todas formas, pensó, posiblemente eran todo imaginaciones suyas. Ningún chico excepto Dani se había fijado en ella antes, y le parecía increíble que justo cuando empezaba a salir con uno, le saliese otro admirador. Debía de tener muchos pájaros en la cabeza, nada más. Y Nacho seguramente miraba así a todo el mundo.
-Hola, Paula-le sonrió él.
-Hola-respondió ella, sintiéndose cohibida un instante. Pero luego se dio cuenta de que, en realidad, ya conocía al chico. No era un extraño del todo.
-¿Para qué querías que quedáramos?
-En realidad, eras tú quien quería, ¿recuerdas?
-Es verdad... jaja. Bueno, me alegro de verte por fin... en persona-dijo, alzando una mano que pretendía abarcar su contorno.
-Ya. A mí también me alegra-sonrió ella, tomando asiento. El chico le cogió una mano con despreocupación.
-¿Qué vas a pedir?
-Un chocolate caliente, creo-respondió ella, soltando su mano con todo el disimulo de que fue capaz.
-No hace falta que te sueltes, no estamos haciendo nada malo-dijo él, al notar que se había deshecho de su mano-. ¿Acaso te da miedo que tu novio se enfade?
-Claro que no. Pero no me siento cómoda; en realidad, apenas te conozco.
-Eso no tiene ningún sentido. Me lo contabas todo, ¿recuerdas? Éramos almas gemelas.
-Quizá ya no lo somos-respondió la chica, comenzando a impacientarse. Las caricias del chico sobre el dorso de su mano comenzaban a ponerla nerviosa-. Es sólo que... bueno, no quiero que te tomes confianzas conmigo. Todavía no.
-¿Y cuándo?-preguntó él, mirándola con ojos penetrantes-. ¿Me puedes decir cuando voy a poder besarte? Porque tienes razón, lo virtual y lo real no tienen nada que ver.
-Pues entonces, como ya te he dicho, aprende a diferenciarme del mundo virtual, porque aquí tengo novio. Y además, seguro que algo como esto no te importaría tanto en la red-dijo Paula, levantándose y propinándole un bofetón al chico.
Acto seguido, se dio la vuelta y se fue del restaurante.
En la esquina del local, Dani observaba todo, sintiéndose culpable por ser tan celoso, pero a la vez contento de poder proteger a la chica de aquel desconocido.
Sin embargo, cuando la vio salir del local, supo que no hacía falta. Una vez más, Paula le había sorprendido con su habilidad para salir airosa de cualquier situación.
Y sintiéndose afortunado por haberla conocido, se dirigió a su casa con aire satisfecho.
Datos personales
- Marta.
- Una persona como cualquier otra, que necesita escribir tanto como respirar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
vaya estúpido el tío ese!
ResponderEliminarmenos mal que paula se supo cuidar, y dani, pobrecillo, estaba preocupado :)
q buena Paula!!! asi se hace, sera imbecil el Nacho ese, y pobre Dani, sientendose culpable ...
ResponderEliminar1Bsoo
Nanay Dani! estaba preocupado por Paula! que tierno! Y que idiota Nacho, demasiado confiado ¬¬ Y que bueno que Paula le dejó las cosas bien claritas.
ResponderEliminarGirl