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Una persona como cualquier otra, que necesita escribir tanto como respirar.

jueves, 31 de marzo de 2011

A los comentarios

Bueno, esta es una respuesta a los comentarios ok?
Voy a responder a todo a la vez, sin aludir a personas concretas que luego puedan ofenderse; mirad, yo he dicho que me parecen enfermos igual que vosotras decís que os parecen normales. Pues lo siento, me siguen pareciendo enfermos, aunque esa no sea la palabra idónea para describirlos, pero es la que más se acerca. Si se me ocurre otra, ya os la diré.
Luego, antes de comentar, leed lo que digo, objetivamente. Porque ya os he pedido disculpas por designarlos así, como enfermos, si no os gusta que lo diga. Si os habéis rebotado y no queréis aceptar las disculpas, pues lo siento mucho, yo lo he intentado. Luego me decís que soy cerrada de mente y que no respeto las opiniones ajenas; si miráis el primer párrafo, lo primero que digo es que he leído vuestras opiniones, las respeto y las entiendo. No pretendo que cambiéis de parecer, sólo quería dar mi punto de vista sobre un tema que ocupa el interés actual de la población.
Luego, yo no me parezco a 4jonatica. Ella dice directamente a los internautas que se vayan a la mierda si no les gusta JB: yo simplemente os intento explicar mi opinión, diciendo desde un principio que la vuestra es la vuestra, y que no pienso cambiarla.
No soy cerrada de mente. Si lo fuera, directamente insultaría a los homosexuales, o no hablaría de este tema. Y sin embargo, he leído libros sobre ellos, los conozco y convivo con ellos a diario; rezo por ellos, aunque esto a vosotras no os parezca relevante. Y si rezo por ellos es porque me importan, todos ellos. No me gusta generalizar, ya lo he dicho, y no pienso decir que "todos son buenos" o "son todos malos", porque ni heteros ni homos son así. Hay distintas clases, como en todo en esta vida. Y no he querido decir en ningún momento que sean malas personas, o que necesiten cambiar de mentalidad... releed la anterior entrada. Digo que no es normal decirle a un gay que le gusten las mujeres, porque no le gustarán, igual que a mí, que soy hetero, no me van a gustar las mujeres, porque me gustan los hombres.
¿Genética o mentalidad? Respecto a eso, pensad lo que queráis, pues los científicos no se han decidido aún. Pero eso no es lo que importa, porque es un simple paso que no ayudará a los homosexuales a soportar toda esa presión y ese rechazo que reciben de muchas personas. Sólo se ayudarán ellos mismos, su familia y sus verdaderos amigos. Nadie más puede hacerlo, ni siquiera yo; quiero que haya respeto para ellos, como quiero que lo haya para las personas de color o los mendigos. Como para todos aquellos sectores discriminados, como decís vosotras, de la población.
Y termino ya, pero os diré una cosa más; primero, que cuando dejéis el comentario digáis quiénes sois, sin nombres raros o irreconocibles como "ngays" (solo aludo a esto porque me ha parecido curioso); y segundo, que no me ofendáis a mí. Yo ya me he disculpado si os he ofendido, y volveré a hacerlo todas las veces que creáis conveniente, pero lo que no permitiré es que se ofenda a mi religión. Vosotras no sabéis lo que es estar delante de un Sagrario, saber que estás ante el Rey del Universo, y en ese momento darte cuenta de que darías la vida entera por Él... y llegar a un blog y ver a la gente que lo trata con tan poco respeto. Yo no hablaré más de los homosexuales, si os ofende. Pero vosotras, si no queréis entenderme tampoco a mí y a mi amor por Dios, no habléis tampoco de Él.
Rezo mucho por vosotras, os guste o no, y aunque me obliguéis a cerrar el blog, me odiéis o lo que sea, seguiré rezando, porque eso es lo que hace un cristiano. Por eso y porque me importáis, y espero que un día lleguéis a comprender mi opinión, sin despreciar la vuestra.
Un beso.

Sobre el libro...

Hola!!
A ver, quiero aclarar el tema éste del libro que dije ayer. Que sepáis que he leído todas vuestras opiniones y las respeto totalmente, y también las entiendo. 
Primero, os diré eso de la enfermedad; no he querido ofender a nadie diciéndolo, ya lo sabéis, y a lo mejor me he pasado de radical y no he dado explicaciones claras. A mí me parece que los homosexuales sí son enfermos, pero no el mismo enfermo que un ciego, por ejemplo. Y, como me dijo nuriamiv una vez, "igual que no puedes pedirle a un paralítico que camine, no le puedes pedir a un homosexual que dejen de gustarle los hombres". Y tenía toda la razón. Es cierto, a los homosexuales no se les puede discriminar y yo no lo hago, de verdad que aunque lo pueda parecer en un principio, no tengo absolutamente nada contra ellos, como tampoco tengo nada contra-es un ejemplo fuerte y puede que no os haga gracia-los anoréxicos. Es una cosa de tu mente, no te voy a pedir que la cambies, ni muchísimo menos. Porque eres así. No has nacido así, quizá, pero eres así. De acuerdo con eso. En cuanto a que los homosexuales quieren, como dice Jutta Burggraf en su libro, amar y ser amados, por supuesto. Quieren amar a su pareja, como los heteros amamos a la nuestra. Es lo más normal del mundo. El problema es que algunos (no todos, no me gusta para nada generalizar) caen en la sexualidad, sin más. Y ¿tener una relación sexual que no está relacionada con la vida (porque en el fondo eso es lo que pretendía una relación sexual, aparte del placer que proporciona) es natural? Yo creo que no. Aunque lo hiciera el 90% de la población no sería natural, aunque sí corriente. Pero son cosas distintas. Y me parece perfecto que los homos quieran amar a un hombre, si esa es su orientación, pues no van a querer otra cosa, como es lógico, igual que yo no me esfuerzo por amar a las mujeres, ni pienso hacerlo. Sería un poco estúpido, porque además no te ayudarías a ti mismo intentando amar a alguien que en realidad no amas. 
Lo de que la Iglesia discrimina, Lune, no es cierto. Lo que sí es cierto es que muchos cristianos lo hacen, que no quieren ni ver a los homosexuales porque son distintos a ellos, cuando muchos gays sean seguramente mejores personas. Pero eso no es lo que viene al caso, sino que la Iglesia, en sí, en sus libros más importantes, declara que los homosexuales están llamados a su fe como cualquier otro, y que cualquier discriminación hacia ellos está mal, igual que está mal discriminar a los de otro sexo o color. En cuanto a que no somos enfermos por ser  rubios o morenos, Lune, a mí no me parece que sea lo mismo. Es genética o mentalidad. Pero quiero decir que no estoy en su contra ni nada parecido, y lo siento si os ha ofendido mi última entrada (sobre todo a ti, Lune, que tienes tíos homosexuales). Sin embargo, os sigo animando a leer el libro, pero que sea de forma objetiva, sin rebotes hacia la escritora solo porque sea cristiana-porque muchos también discriminan a los cristianos, desde luego más que a los gays, que ya se hacen un hueco en la sociedad, pero eso no es lo que me importa ahora mismo, porque por ambas partes nos discriminan un poco y punto-. Bueno, el caso es que en ese libro, como ya dije, tratan a David, el protagonista, con muchísimo cariño y todavía más respeto, así que os sigo animando a leerlo. 
Un beso, ¡y decidme qué os ha parecido!
Monica

miércoles, 30 de marzo de 2011

Cartas a David

Hace poco, en clase de Naturales, mi profesora comenzó a hablar de la homosexualidad, de los homosexuales y todo eso. A mí y a una amiga-la reconoceréis en Gianna, la elfa rebelde de "La libreta de Ireth"-nos pareció que quizá se pasaba un poco con ellos, porque no atacaba a la homosexualidad, lo que nos parece bien, porque en sí misma la homosexualidad es mala, y siento mucho decirlo de forma tan radical, pero es una enfermedad (es algo de tu mente que no funciona de forma normal, ¿no?), pero los homosexuales no siempre tienen la culpa de estar "enfermos". Por eso fuimos a hablar con ella. Me dijo que me prestaría un libro, llamado "Cartas a David", de Jutta Burggraf, profesora de la Universidad de Navarra que falleció hace muy poquito. El libro me lo ha dado esta mañana, hacia las doce y media del mediodía. Me lo he acabado hacia las ocho de la tarde. No es que el libro sea un tacote de gordo, pero es que no he parado de leer. Se trata de las cartas que una chica, Mary, casada y con hijos, escribe a uno de sus mejores amigos de la universidad, David, que es homosexual. Le escribe con mucho respeto y cariño, y le hace ver por qué la homosexualidad (fundamentada en la simple sexualidad, no en el "amor" que buscan la mayoría de homosexuales) está mal. El tal David solo quiere amar, ser amado, tener una pareja y serle fiel hasta el final, como podría ser un matrimonio heterosexual. Pero David busca ese amor en pubs de homosexuales, donde en realidad sólo hay sexualidad, no amor de verdad. Al final, se da cuenta de ello, y aunque no deja de ser homosexual, lucha por buscar un amor fundamentado en la confianza y la amistad mutua. 
Este librito, de no más de setenta páginas, te demuestra con claridad que los homosexuales llevan sobre ellos una cruz, una carga dolorosa que les hace sufrir, que los cristianos-y el resto de personas, por supuesto-no debemos discriminar a los homosexuales, y que la Iglesia, al contrario, no los discrimina, sino que les invita a unirse a nuestra fe, sea cual sea su orientación sexual (si siguen los mandamientos que indican que no han de usar la sexualidad de la manera en que lo hacen tanto homos como heteros, es decir, mal). También dice que ellos deben acudir a un especialista para que les examine, y si ven que sus tendencias están muy arraigadas, que luchen con ellas lo mejor que puedan. 
De verdad, si alguien tiene una duda, por pequeña que sea, respecto al tema, debería leer este libro. 
Un beso! 
Monica

martes, 29 de marzo de 2011

Premio de Girl!!

Hola!!
Hace un tiempo que vengo recibiendo premios, pero nunca los pongo porque ¡no me da la vida! Jajaja. Pero como hace tanto que no publicaba, esta vez sí puedo ponerlo sin que haya overbooking de entradas ;) Me lo ha dado Girl, de Lonely Girl.
Este es el premio:

Es super mono, gracias Girl!!!
Ahora nomino a las 10 personas correspondientes:
Tres de Tres
Lune*
Kelly
Andrea 
GeeMa
Saraa
Paulaah
Baby
Ruki 
Phoebe Green


Ya estáis todas!! Lo siento si no aviso a nadie, pero es que ahora no me da tiempo!! Creo que a las que he nombrado siguen lo suficiente mi blog como para enterarse por sí solas, jaja.
Un besazo!! ;)

domingo, 27 de marzo de 2011

40 otra vez!!!

Sí!! Lo hemos conseguido!! Volvemos a ser 40!!
Gracias al apoyo de todas vosotras, y a la promoción de Paula, del blog http://paula-noesnormal.blogspot.com, que me ha anunciado en su blog, se nos ha unido Nessita, por lo que ahora somos 40 de nuevo!! Muchísimas gracias a todas, de verdad :) Osq!!!!
Bueno, un beso, y no olvidéis pasaros por mi blog monica-fantasy.blogspot.com, que todavía está a la espera de nuevos visitantes!! 
Monica :) 

Uno menos

Pues se nos ha ido un seguidor... con Gema éramos 40, pero ahora volvemos a ser 39... un poco decepcionante la verdad.
¿Podríais ayudarme a conseguir al menos un seguidor más? Me siento un poco "chof" con tan pocos, no por nada, pero ya llevo mucho tiempo en el blog, y no parece que haya calado la idea de mi historia... aun así, estoy contenta de teneros a vosotros, gracias :)
Por cierto, reabrí uno de mis blogs. Se llama Fantasía, ¡miradlo a ver qué os parece! ¿Ok?
Un beso!!

miércoles, 23 de marzo de 2011

Capítulo 32: Ahora, Mónica

(del diario de Paula) 

Por si no teníamos suficiente con Nacho, a Dani y a mí nos esperaba otra sorpresa... aunque más dolorosa para mí que para Dani. 
Como yo había visto que Mónica seguía distante desde que yo salía con Dani, le pregunté de nuevo si le ocurría algo, y me respondió que no, que eran mis paranoias. Imaginé que así sería en realidad.
Entonces, por la tarde, al finalizar las clases, vino hacia mí. 
-Paula, antes te he mentido-confesó-. En realidad, sí me pasa algo... y tiene que ver contigo y con Dani.
-No será que no te hago caso, ¿no? Porque lo intento, pero es que estás tan rara que... en serio, no sé qué decir. 
-No... no es eso. Es sólo que... bueno... 
-Dímelo, anda.
-Me gusta Dani. 
Su comentario me golpeó directo en plena cara. No se me había ocurrido, ni por un instante, esa posibilidad. La miré incrédula, sorprendida y dolida, aunque no sabía bien por qué. 
-¿Desde...cuándo?-le pregunté, por abordar el tema menos conflictivo de la conversación.
-Desde siempre.
-¿Y nunca me lo has dicho?
-¡Es que tú le odiabas, Paula! ¿Cómo iba a decírtelo?
Tenía razón. Si me lo hubiera dicho hubiera tratado por todos los medios de convencerla de que cambiara de opinión. Imposible hacer otra cosa. Con lo insoportable que era Dani entonces... ¿cómo iba yo a saber que terminaríamos saliendo? Decídmelo un año antes, y os mando al psicólogo... en fin... 
-Y... ¿qué piensas hacer?-le pregunté. No se me ocurría qué más decir... como ya he dicho, no había imaginado nunca esa situación tan embarazosa, por no decir dolorosa, para ambas. 
-No lo sé. ¿Qué vas a hacer tú?-me retó, desafiante. Estaba claro que se refería a si pensaba dejar a Dani para que ella tuviera el camino libre.
Bajé la mirada al suelo y enrojecí. De mis labios se escapó un murmullo: 
-Pero es que yo le gusto, y él a mí... no puedo hacerle eso. Estaría mintiendo si le dejara. Y no quiero dejarle. 
-Ni siquiera por tu mejor amiga, claro. Eso no hubiera pasado cuando eras una pringada y sólo te hablaba yo. 
-Pero no es mi culpa si no me contaste antes lo que sentías. Hubiera intentado hacer algo al respecto. Ahora es... tarde-respondí. Apenas me salía la voz, y se apoderó de mí la tristeza, aunque sabía que yo tenía la razón. No podía dejar a Dani, por más que me doliera, sólo porque a ella le gustara. Ni siquiera había hablado antes con él, o no mucho. Y yo... le quería. Lo sabía. Sólo había empezado a quererle, porque era pronto, no habíamos tenido tiempo, pero los problemas que habíamos tenido, tan inoportunos, sólo al comenzar la relación, me habían hecho avanzar más rápido en aquel terreno, más rápido que nunca.
-Pues, si tú no vas a ayudarme... considera que hemos acabado. Ya no tengo nada que hablar contigo. 
-¡Ni siquiera le conoces! ¿Por qué tanto empeño?-le pregunté a la desesperada.
-Porque quise conocerle antes que tú, y tú te has adelantado. 
-¡Él pensaba así sobre mí desde el principio! Yo no tengo la culpa. 
-Sólo te diré una cosa. Para que lo sepas-me dijo ella. 
-¿Qué?
-Pienso luchar. No serás la única, ni mucho menos. 
Se dio la vuelta y se fue con porte belicoso. 
Suspiré profundamente. No sabía si de rabia, de impotencia o de tristeza.
Primero había sido Alexis. Luego, Nacho.
Ahora, Mónica.
¿Es que aquello no terminaría nunca? 

sábado, 19 de marzo de 2011

Nueva historia


Hola!!
He estado pensando en qué debería escribir cuando termine esta novela, porque va a terminar algún día, aunque no de momento (todavía quedan muchos problemas por resolver entre Nacho, Dani y Paula. Y además, Alexis y Mónica van a meterse ahora en ellos...). El caso es que he decidido que, aunque podría no hacer novela, es mucho más interesante si la escribo, por más que ya tenga un blog donde escriba otra novela, porque me gusta escribir también en mi blog "oficial" (el otro es el Diario de Tally, ¿os acordáis?). Así que voy a probar con algo nuevo: una historia situada en otra época. En el pasado. ¿Qué os parece? Como todas las novelas son contemporáneas, me pareció interesante probar con esto. Si no os gusta la idea, decídmelo ya y así me ahorro el escribirla, aunque más o menos ya la he comenzado, en las horas muertas de clase (no son muertas, es sólo que me aburro en ellas, jaja). Reconoceréis, las que hayáis leído "Orgullo y prejuicio", muchos nombres de ese libro, pero es que no es fácil buscar nombres antiguos en clase y sin Google, así que tendréis que conformaros. Bueno, os dejo lo que podría ser un anticipo: 
Elizabeth fue al encuentro de su madre. Mrs. Dashwood le dijo, con gran alegría, que esperaba que el baile le fuera grato. Ella asintió con cansada cordialidad, pero intentando aparentar alegría, para no descontentar a su madre.
-Estará allí el teniente Williamson, Lizzy-insinuó la buena mujer, creyendo que alentaba así  a su hija a acudir al baile. 
-¡Oh! ¡No soporto al teniente! Siempre con esos aires, intentando hacerme la corte...-suspiró ella. Estaba cansada de las atenciones pomposas del hombre, que sólo buscaba su fortuna y su juventud-. 
-Pues deberías aceptarle, si te pidiera matrimonio-opinó su madre-. Ya es hora de que vayas pensando en ello. Tienes la suerte de tener una gran herencia, que te sustentará si no te casas, pero nada comprará el respeto que se granjea una mujer casada. Y además, la belleza no dura para siempre, hija. Si no te apresuras, la perderás, así como tu juventud, y ya nadie te hará la corte.
-¡Aún es pronto, mamá!-exclamó ella-. Sólo tengo quince años, de todos modos. 
-Nunca es pronto para ello. Y ya lo sabes, tu belleza... 
-¡Pues, si el matrimonio es sólo por la belleza, prefiero no tener belleza alguna!-replicó ella, volviéndose, y, arrasando todo a su paso, subió de prisa las escaleras, como una pequeña, enfadada y consentida princesa.

¿Os ha gustado? Comprended que aún falta mucho para que comienze a publicar, pero no quiero que se me vaya la idea de la cabeza, así que la pongo ya, y no me olvido. De todas formas, mi libreta de clase está llena de apuntes de esta historia, y de muchas otras, porque me paso el día escribiendo... no se me ocurre nada mejor que hacer (excepto atender, pero si te dicen que hagas los deberes y los acabas, pues te pones un ratito, y así hasta terminar una novela, que es lo que me pasó con aquella que quiero publicar). 
Bueno, pues nada más!! 
Un beso,
Mónica!* 

Excelencia literaria

Sí, ¡me han dejado publicarlo en el blog! ¡Estoy tan contenta! Espero que os guste la historia. Por si no la pilláis (es un poco subliminal), es la historia de una mujer feliz con su pareja, a la que le surge un problema, que debería considerar una bendición en realidad... el embarazo. Una historia para pensar. A ver qué os parece, ¡comentad mucho!
Un cuento sin final feliz
Para la niña, aquello era como una aventura. Cada tarde, a la misma hora, se asomaba a la verja de la casa y observaba en el interior. Rodeaba el edificio un jardincillo atestado de flores, que parecía hecho expresamente para ellos. 
¡Parecían tan felices! La pequeña les observaba, curiosa, todo el tiempo que pasaban en el jardín: ella era joven, de ojos azules y cabellos castaños, que enmarcaban su rostro como una cascada que fluía por sus hombros. Él parecía un hombre prudente, modesto y satisfecho de la vida: emanaba seguridad en sí mismo. Y ambos estaban hechos el uno para el otro, viendo pasar el tiempo en su jardín de ensueño, riendo, charlando y meditando. De vez en cuando la veían, asomada a la verja, y le dedicaban una sonrisa. La niña se la devolvía con ojos brillantes.
Un día, la joven observadora se quedó más tiempo del acostumbrado, porque ellos no salieron al jardín. Ya comenzaba a anochecer cuando les oyó discutir. Sus siluetas se recortaban contra la ventana del salón. Él hablaba a viva voz, y ella sollozaba, negándose a escuchar. Al final, él salió por una puerta y la dejó sola.
Las discusiones nocturnas continuaban. La pequeña no se perdía una sola, porque casi las sentía como algo suyo, aunque apenas supiera lo que estaba ocurriendo. Acudía cada tarde a su cita con ellos, a pesar de que ya nunca venían. A veces estaba ella, sola. Miraba a la niña todo el tiempo, y después apoyaba una mano en su vientre (que, extrañamente, parecía abultado) y suspiraba. Los surcos que habían dejado las lágrimas en sus mejillas eran siempre visibles en su rostro. 
A la pequeña, él le parecía más malvado cada día que pasaba. ¿Cómo podía dejar que ella se sintiera tan triste? ¿Por qué no iba a consolarla? Estaba claro que la quería mucho. Pero la niña no podía entender nada de aquello, porque sólo juzgaba por lo que veía, y la veía a ella, sola y desamparada, siempre con una mano en el vientre y los ojos clavados en la pequeña espía. 
Algunos días, la pequeña podía ver más siluetas en el salón, que se acercaban a la mujer y le decían cosas. Sin embargo, ella siempre les rechazaba. A veces parecía que escuchaba interesada, pero en un momento u otro siempre sucumbía al llanto. 
Una noche, la niña oyó algo extraño. Parecía que él había dejado de hablar; pero aguzando los oídos, se dio cuenta de que simplemente había dejado de gritar. Le estaba diciendo algo a media voz a ella. Y ella seguía inmóvil, como cada vez que peleaba con él. De pronto, él se acercó a ella, y abriendo los brazos, la instó para que fuera a resguardarse entre ellos. Ella lo hizo, mientras sus hombros se sacudían a causa de sus sollozos, y ambos se quedaron así un buen rato, en silencio. 
La niña estaba muy contenta, porque ellos volvían a quererse, y volverían al jardín en poco tiempo. Estaba segura. Si otra vez se amaban, todo volvería a ser como antes.
Durante unos días, nadie acudió a saciar la curiosidad de la pequeña por las tardes. Pero un atardecer aparecieron los dos. Estaban juntos. Él parecía aliviado, de nuevo sereno; ella... No hubiera sabido qué decir de ella. 
El bulto que había habido en su vientre días antes había desaparecido sin dejar rastro. Y sin embargo, no era su cuerpo lo que había cambiado: eran su rostro, sus ojos, los que más acusaban aquella diferencia con el pasado. Parecían presos de una tristeza infinita, insuperable. Ella miró a la niña con expresión ausente, y en sus ojos brillaron, solitarias, dos lágrimas. 
La pequeña la observó un segundo, y desapareció tras la verja. No podía comprender aquello, pero notaba en el aire que faltaba algo. 
Faltaba vida.

Espero que os haya gustado, y también que la hayáis comprendido... eso les ha pasado a miles de mujeres con el aborto, tanto voluntario como involuntario. Porque sí, hay gente que ha deseado tener un hijo, y lo ha perdido. Esos padres no comprenden cómo hay gente que puede tirar a sus hijos, como si fueran basura. No puede entender que exista tanta maldad, y que esté apoyada por la sociedad. Y por mucho que el Gobierno diga que se trata de los derechos de la mujer, como podéis ver reflejado en mi historia, ella no quiso deshacerse de su hijo: su familia, sus amigos, y su marido, a quien ella amaba más que a nadie, la obligaron. Sí, la obligaron. Porque no quisieron reconciliarse hasta que ella, sintiéndose desgraciada, aceptó. Aun sin estar de acuerdo con ello. 
¡Qué grandes derechos, y en qué sociedad más buena y libre vivimos!

viernes, 18 de marzo de 2011

Me dejan!!

Hola!!
Quería deciros sólo que me dejan publicar aquí mi relato ganador de excelencia literaria, y que además tengo una idea para una nueva historia... tengo los borradores de esas entradas, el comienzo de la historia y el relato ganador en casa, y ahora estoy en casa de Carol, pero en cuanto llegue lo cuelgo todo!!
Un beso!!
Monica!*

P.D: hoy le he presentado a Carol a mis amigas del colegio, y ellas han hecho un papelón!!! Jajaja les daba una verguenza que se morían, y yo riéndome en su cara, muahahaha. Y por cierto, he empezado trimestrales. Os digo: mates lo suficiente como para no sacar otro 2'2, natus bastante bien, socis de ¡diez! (aunque nos han metido un tema que no nos habían explicado y me lo he estudiado en las dos horas de estudio entre examen y examen, matando a cada persona que abría la boca). Inglés también bien, o eso creo... :S
Pues nada más, otro beso!! ;)

lunes, 14 de marzo de 2011

Una canción (hace mucho que no colgaba...)

Hola!!
Hoy os traigo una canción, que seguro que conocéis, pero que la letra me ha reencantado cuando me la he mirado bien. Es "Firework", de Katy Perry. Es que te sube la autoestima a mil... ya veréis. 
Aquí os la dejo: 

Do you ever feel like a plastic bag
Drifting throught the wind
Wanting to start again

Do you ever feel, feel so paper thin
Like a house of cards
One blow from caving in

Do you ever feel already buried deep
Six feet under scream
But no one seems to hear a thing

Do you know that there's still a chance for you
Cause there's a spark in you

You just gotta ignite the light
And let it shine
Just own the night
Like the Fourth of July

Cause baby you're a firework
Come on show 'em what you're worth
Make 'em go "Oh, oh, oh!"
As you shoot across the sky-y-y

Baby you're a firework
Come on let your colors burst
Make 'em go "Oh, oh, oh!"
You're gunna leave 'em fallin' down-own-own

You don't have to feel like a waste of space
You're original, cannot be replaced
If you only knew what the future holds
After a hurricane comes a rainbow

Maybe you're reason why all the doors are closed
So you could open one that leads you to the perfect road

Like a lightning bolt, your heart will blow
And when it's time, you'll know

You just gotta ignite the light
And let it shine
Just own the night
Like the Fourth of July

Cause baby you're a firework
Come on show 'em what you're worth
Make 'em go "Oh, oh, oh!"
As you shoot across the sky-y-y

Baby you're a firework
Come on let your colors burst
Make 'em go "Oh, oh, oh!"
You're gonna leave 'em all in awe-awe-awe"


Boom, boom, boom
Even brighter than the moon, moon, moon
It's always been inside of you, you, you
And now it's time to let it through

Cause baby you're a firework
Come on show 'em what your worth
Make 'em go "Oh, oh, oh!"
As you shoot across the sky-y-y

Baby you're a firework
Come on slet your colors burst
Make 'em go "Oh, oh, oh!"
You're gonna leave 'em all in awe-awe-awe

Boom, boom, boom
Even brighter than the moon, moon, moon
Boom, boom, boom
Even brighter than the moon, moon, moon


¡Me han cogido!

¿Os acordáis del texto que envié a ese programa de literatura, Excelencia Literaria? No me lo cogieron... pero me han publicado otro que envié más tarde, esta vez un relato. Me gustaría colgarlo aquí, pero no sé si puedo, porque es de un concurso. Se lo preguntaré al "jefe del concurso" y si me deja lo pondré aquí para que lo leáis, ¿ok? 
Me lo van a publicar en una revista, no sé en cual, en la página web www.excelencialiteraria.com y en la página web de Intereconomía, además de que esto va a mi currículum y encima tengo buena nota en castellano porque esto la sube un montón. Suficiente como para currárselo, ¿no? En fin, que estoy muy contenta por esto... El argumento es sobre una niña que observa todos los días un jardín donde vive una pareja... un día la mujer se queda embarazada, y decide abortar, pero ya nada es lo mismo para ellos, y la mujer está muy deprimida. Cuento cómo se ve esto desde los ojos de la niña. ¡Espero que me dejen colgarlo aquí! Si no, tendríais que entrar en Excelencia Literaria, pero no colgarán los premios hasta que estén todos los ganadores, que será a final de curso, y además saldrá mi nombre verdadero, no el del blog (ya habréis adivinado que no me llamo Mónica Fuente, ¿no? Por eso a veces me confundo con los nombres... jajaja). 
Bueno, ¡un besazo! 
Mónica ;) 

sábado, 12 de marzo de 2011

Capítulo 31: Decisión

(del diario de Dani) 

Paula miró a Nacho con profundidad, suspirando. Todos mis sentidos estaban pendientes de ella. Necesitaba saber que confiaba en mí, a pesar de lo mucho que me esforzaba por demostrar que no era así. Había caído tan bajo como para tontear con Alexis ante ella, aunque en el fondo para mí no significase nada... Lo había intentado todo, y no había forma de olvidarla ni un segundo, de apartarla de mi mente un instante. La había maldecido por lo mucho que persistía en mis pensamientos, pero en el fondo sabía que no podía estar enfadado con ella. Simplemente, me era imposible. 
La miré a los ojos. Sabía que ella notaba mi mirada, aunque la evitara. 
De pronto, esos preciosos ojos, llenos de ingenuidad, me observaron largamente: 
-Te creo a ti. 
Eran palabras para mí. En mi cara se dibujó una sonrisa de alivio, y la mirada de reproche de Paula me hizo notar que me reñía por haber dudado de mi confianza, y que al mismo tiempo se disculpaba por no haberme creído antes. 
Nacho observó a Paula con incredulidad y le dijo, escéptico: 
-¿De verdad crees que he dicho eso?
-Antes que creer que Dani me ha mentido... sí-respondió ella con firmeza. 
El chico dio una patada al suelo y me observó primero a mí y luego a ella: 
-Esto cambiará, lo sabéis, ¿no? Paula, no intentes ocultarlo. Terminaremos saliendo. 
-Nacho, ¿no podemos ser sólo amigos? 
-No. Paula, te quiero, ¿no te enteras? 
-Pero es más fácil... 
-¿Y por qué con él no es más fácil ser amigos? 
Paula me observó de nuevo, y yo sonreí imperceptiblemente. Notaba que ella se sentía confiada. 
-Pues porque él es... Dani. 
Aquello me llegó. Fue como la confianza que tiene una hermana en su hermano mayor. Y me gustaba mucho esa clase de confianza. Era... distinta. Distinta a todo. Y ella también era distinta a todo el mundo. 
-Y yo Nacho, ¿no te fastidia?-siguió batallando el chico, incansable. Yo ya no tenía dudas. En el fondo, nunca había sentido una amenaza profunda por él. 
-Pero Nacho, a Dani le conozco desde siempre.
-Y siempre te ha fastidiado. 
-¿Tú qué sabes? 
-Me lo ha contado Alexis. 
-Pues vete con ella-resopló Paula. 
-¿Estás celosa? 
-Sólo quiero que nos dejes en paz.
El chico se fue, mirándola al interior de los ojos por última vez, intentando grabar una huella imborrable en su memoria. 
En cuanto Nacho se hubo ido, ella me miró un momento, para desviar luego la vista.
-Bueno, pues nada.
Yo no sabía qué decir, así que me fui. Y ella de pronto dijo: 
-Te he... visto con Alexis. 
Me di la vuelta. 
-Sólo hablábamos, Paula. 
-Pues creo que a ella le ha parecido otra cosa.
-Bueno, pues no era así. 
Ella miró al suelo, con los hombros hundidos. No podía soportar verla así, y le alcé la barbilla con el dedo índice, para obligarle a mirarme: 
-Esto puede salir bien. 
-De momento no está saliendo de perlas.
-Le pasa a todo el mundo. Los problemas unen, ¿no lo sabías? 
-No lo parece.
-Sólo has de saber una cosa para confiar, y yo una de ti. Empiezo yo: te quiero.
Paula me miró repentinamente, sorprendida. Esa sonrisa deslumbrante de sincera alegría iluminó su rostro. Me acerqué a ella con seguridad bastante quebrantable y volví a besarla en la mejilla. Ella alzó sus ojos hacia los míos: 
-Yo también te quiero, Dani. 
Cogiéndola por los hombros, nos quedamos solos, en silencio, durante tanto tiempo que pareció que estuviéramos en la eternidad.
Y ahora sé una cosa: la eternidad me encanta.

viernes, 11 de marzo de 2011

Capítulo 30: tenemos que hablar

(del diario de Paula) 
Vale, vale. Lo había recapacitado. Quizá él tenía razón en esa historia. Pero ¿cómo había pensado que yo lo sabría? Era imposible pensar que una historia tan tonta como esa podía ser real.
Tenía que hablar con Nacho. Bueno, no sólo con él: también con Dani. Tenía que hablar con los dos y decidir a quién creería. Cada uno tendría que justificarse. Me hacía gracia mi papel de juez suprema, pero no era eso: se trataba sólo de que me dieran una explicación. Nacho no me la debía, a pesar de que Dani sí, pero esperaba que estuviera dispuesto a dármela.
En cuanto llegué al colegio, tenía, como siempre, los nervios de punta. Las miraditas de superioridad que me echaba Alexis, a saber por qué, no me ayudaban a relajarme, precisamente, ni tampoco el que el profesor de mates hubiera decidido que aquella mañana en particular me obligaría a hacer los deberes (los cuales, no hace falta que lo diga, no tenía hechos). En fin, una mañana como casi todas las demás: para olvidarla cuanto antes. Pero todavía quedaba lo peor, el punto final, el momento fatídico: el recreo. Vale, quizá estaba exagerando. Después de todo, solo era una charla. No era ninguna reunión de amores, ni nada de eso. Esto no era Connect3, me lo tenía que repetir por milésima vez. Esto era la realidad. Nunca, jamás, podría borrar el daño que me había hecho esa página web, esa distorsión de la realidad que me había proporcionado... ojalá jamás, jamás, hubiera entrado en ella. Había que considerarlo como una de las peores cosas de mi existencia.
Cogí a Nacho de la mano en cuanto salimos al recreo. Él me miró agradablemente sorprendido:
-¿Un cambio de idea?
-Ni lo sueñes. Es que he de aclarar un par de cosas contigo.
-Lo que quieras, princesa.
-¿Quieres hacer el favor de no llamarme así? Tú solo sígueme ¿vale?
Él asintió con la cabeza, con una ceja alzada en actitud irónica.
Fui en busca de Dani, ahora que ya tenía a Nacho localizado. No me gustó demasiado la escena en la que lo encontré: estaba charlando amigablemente con Alexis. Los celos apuñalaron mi interior como cuchillos afilados. Hacían mucho daño. Pero no era eso lo que quería aclarar: no se trataba de nuestra relación, sino de quién tenía razón. Yo había pensado, presupuesto quizá, que si Dani tenía razón, el resto vendría solo, se aclararía... pero no se me había pasado por la cabeza pensar que, al igual que yo tenía un admirador, Dani tenía a otras muchas... entre ellas, la perfección de la clase. Alexis. Una chica peligrosa, y una enorme amenaza. Cómo no, una amenaza para mí. La historia de mi vida...
-Dani, ¿podemos hablar un momento?-le pregunté tímidamente.
-Claro, Paula-dijo. Seguía gustándome cómo sonaba mi nombre en boca suya.
Fuimos a un rincón apartado del patio, dejando a Alexis atrás. Sentí que casi me mataba al verme acompañada de Nacho y de Dani al mismo tiempo. Se estaría preguntando qué había hecho para tenerlos a los dos a mi lado. Desde luego, si hubiera sabido responder a esa pregunta, me hubiera gustado que me chivara la respuesta...
-Mira, Nacho, Dani me contó que el otro día hablasteis... sobre mí-comencé, cuando los tuve a los dos enfrente. Ambos me miraban: Dani con atención y algo de resentimiento, y Nacho con sarcástico interés-. Tú dijiste que... bueno, que querías salir conmigo y que ibas a romper luego, y que Dani... resumiendo, que ibas a fastidiarme la vida.
-Ah-fue la única respuesta del chico.
-Bueno, es... ¿verdad?
-¿Crees que yo diría eso, Paula?-preguntó Nacho, mirándome intensamente a los ojos.
Me quedé callada. ¿Lo creía?
-No sé. Supongo que podrías. No te conozco tanto.
-Me conocías.
-Dejemos aparte esa web, ¿quieres?
-Paula, yo no te diría una tontería como esa porque sí-dijo Dani entonces.
-Yo no diría esa estupidez-saltó Nacho.
Ambos se quedaron observándome.
-¿A quién piensas creer?
Les miré alternativamente. Me sentía atrapada. Pero supe lo que debía hacer. Miré a Nacho profundamente a los ojos, y dije:
-Me creo a...

martes, 8 de marzo de 2011

Capítulo 29: Si no quieres, no me creas

(del diario de Paula) 
Pasé aquel día entre nubes... pero no eran para nada nubes de algodón. No, más bien eran nubes de tormenta. Porque me sentía confusa, y triste, y enfadada al mismo tiempo. Lo que le había dicho a Nacho me había hecho reflexionar a mí misma: ¿había olvidado a Dani? ¿Lo había superado ya? No, estaba claro que no. Y era normal. Estas cosas necesitan tiempo, y apenas habían pasado 24 horas. Pero aun así, no veía nada claro que pudiera olvidarme de él... nunca. Siempre ocurre eso al principio, lo sé, así que ¿podía culparme de que también a mí me ocurriera?
Tras pasar un montón de clases sin hacer nada más que pensar y meditar, evitando las preguntas de Mónica, rehuyendo las miradas de Nacho y escapando a las preguntas de los profesores (huelga decir que también me escondía de Dani, aunque apenas le vi durante todo el día), pude escapar del instituto y volver a casa.
En el camino, decidí coger un atajo. No tenía ningunas ganas de retrasarme a la hora de volver, y mucho menos de ver esa feliz expresión en todas las caras de los alumnos que salían del colegio, advertir las miraditas que se echaban unos a otros en un torpe intento de flirteo, y los gritos y exclamaciones de los grupos de amigos en los que yo jamás, jamás, me encontraría.
Sin embargo, reconozco que fue un craso error. O quizá no... en fin, lo que pasó fue lo siguiente: yo estaba caminando por la callejuela en que me había metido, y de pronto oí unos pasos detrás de mí. Casi inconscientemente, sin mucho interés, me volví a ver quién era. Era un grupo de chicos de mala pinta, algo más mayores que yo. Me observaron fijamente cuando me volví. De forma mucho más consciente, aceleré el paso, esperando dar pronto con una avenida abierta o algo parecido que me permitiera escapar al mal presentimiento que se cernía sobre mí.
No llegué a tiempo. Antes de alcanzar el final de la calle, pude sentir la respiración de ellos sobre mi cabeza. No me di la vuelta.
-Eh, espéranos-dijo uno de ellos burlonamente.
Me volví.
-¿Qué pasa? No mordemos-soltó un tipo gordo y grasiento, sonriendo.
-Quédate un rato con nosotros...
-Tengo prisa-respondí. Las manos me temblaban.
-No exigimos que te quedes tú, pero puedes darnos tu cartera-dijo el que parecía ser el cabecilla-. Hay dos alternativas: nos das tú tu cartera, o te damos nosotros unos cuantos puñetazos. Puedes escoger, es self-service.
Todo el grupo se rió a carcajadas de la idiotez que acababa de decir ese tío. Yo caminaba para atrás, desesperada, hasta que choqué con una persona. Soltando un suspiro de alivio, me volví. La respiración se me cortó al ver a Dani. No me miraba: dirigía la vista al grupo de chicos, que de pronto se había quedado callado.
-Eh, Dani, ¿nos ayudas?-dijo uno de ellos de forma insegura.
-Venga, tíos, ¿seguís con eso? Buscaos un trabajo-resopló él.
-Nunca te ha gustado la juerga. Vaya mierda de vida que llevas-dijo el cabecilla.
-Nunca me ha gustado hacer el idiota, y la mierda te la llevas tú-respondió Dani tranquilamente. Yo estaba a su lado, cada vez más alucinada. Él solo no iba a poder hacer frente a todos ellos, y ya podía yo ayudarle... seguramente no hacía más que empeorar la pelea.
Una pelea que, sin embargo, no llegó a producirse.
-Pues nada, chicos, nos vamos-sonrió el cabecilla. Le dio la mano a Dani-: Nos vemos, chaval.
-Cuando seáis un poco normales-dijo él.
El grupo se fue.
-Dani, yo...-comencé.
Él no me dejó acabar.
-Mira, Paula, no digas nada. Hago esto por ellos, no para que te desenfades conmigo, ¿vale? Prefiero que me creas, pero ya veo que no vas a hacerlo.
Me quedé mirándole sorprendida. Siempre había supuesto que la enfadada debía ser yo, pero ahora veía que él tenía sus motivos... que quizá sí iba en serio su historia sobre Nacho. Me pasaron por la cabeza imágenes de Nacho pidiéndome salir, en la cafetería cogiéndome la mano... comenzaba a verlo claro.
-Quizá tengas ra...
Dani había desaparecido.

lunes, 7 de marzo de 2011

Esquiando

Hola!
Ahora mismo estoy en un hotel de una estación de esquí. Estamos en Semana Blanca, y mi tío nos ha invitado por su cumpleaños.
Hacía dos años que no esquiaba. Imaginaos mis nervios...
Al principio, hemos bajado por una pista azul, muy sencilla y fácil de seguir. Hemos bajado rápidamente, y enseguida me he confiado y le he pillado el truco. Hasta que a mi tío se le ha ocurrido bajar por una roja y arrastrarme con él, vaya.
Pero bueno, aunque me haya perdido en la estación de esquí, y además haya insultado a cada esquiador que me pasaba demasiado cerca o me cerraba el paso (quizá hoy habéis ido a esquiar y habéis oído que una esquiadora novata os chillaba algo... ésa era yo, seguro), me lo he pasado muy bien. Mañana vuelvo a esquiar.
He ido luego a la piscina climatizada del hotel, y me he tenido que depilar con cuchilla (no lo hagáis JAMÁS, yo ya me arrepiento...), y me he hecho cada corte... bufff. Aún me duele. Aun así, la piscina era una pasada: con sillones y duchas de hidromasaje, y unas escaleras que bajaban por el agua y te llevaban, si te sumergías dos segundos, a un jacuzzi que estaba en el exterior del hotel, y dejaba ver un paisaje increíble de nieve y montañas.
Bueno, si veis que no comento y no escribo más, es por esto... :P Aquí la conexión es bastante mala, la verdad.
Buenas noches!! :)

jueves, 3 de marzo de 2011

Este es mío

Lo sé, estáis hartos de poesía. Pero este poema es mío, así que espero que me perdonéis. Hace poco sólo me salía decir "vaya asco de mundo", pero lo he transformado y le he dado forma de poema. 
¿Qué os parece? Ya me diréis... 

Tú no eres nadie
pero eres alguien
que existe en mi mente
quizá en mi corazón; 
necesito hablarte
y estás ahí, 
para mí. 
Sin embargo
cuando hay algún problema
que quiero solucionar
siento el anhelo de hablar
con una persona real. 
¿Y si ésta no aparece?
¿Si no la encuentro jamás? 
¿A quién contaré mis penas? 
¿Y quién me consolará? 
Necesito alguien 
que no existe,
que quizá existirá. 
De momento no lo he visto; 
tal vez, eso no ocurrirá. 

miércoles, 2 de marzo de 2011

Otra poesía :)

Lo siento, pero es que me ha cogido un flash con las poesías y ya no puedo parar, así que ahora mismo os escribo otra. ¡Mucho blog, pero hay que tener un poco de cultura general! De eso me encargo yo, para las que no la tengan, que ya sé que la mayoría, vamos, tenéis hasta el libro de Bécquer y todo (eh, Kelly? :) Ya quisiera yo...) 
Esta no es de Bécquer, por preciosas que sean sus poesías, sino de un autor poco conocido, que descubrí en un libro precioso llamado Diario de Paula, de José Ramón Ayllón. El poeta es Miguel d'Ors, y la poesía se titula Canción para una chica que lloraba sola en Taramay. Si ahora mismo os sentís tristes, esta es vuestra poesía, seguro :). Además, es muy bonito porque en el libro, el protagonista ve que la chica de la que está enamorado está llorando en clase, aunque él no sabe por qué (ella llora porque su abuelo ha muerto hace poco). Entonces, el protagonista (Borja) le da una fotocopia con la siguiente poesía: 

Canción para una chica que lloraba sola en Taramay

Lágrima que yo he visto brotar de tu silencio
y de tus quince años
y que cayó en la tarde con un algo de hoja
desprendida de un mayo... 
Yo no sé de qué pena, de qué esperanza rota,
de qué nombre venía, 
ni si era tu primera lágrima de mujer
o la última de niña. 
Yo pasé junto a ti como pasaba el viento
y el rumor de las olas.
Nunca sabré tu nombre. Nunca sabré el pasado
de esa lágrima sola. 
La noche será corta. Mañana volverás
a ser una sonrisa.
Pero quiero decirte que ésa lágrima tuya
cayendo inconsolable
de tus años-tan dulces, tan amargos, tan quince-
desbarató la tarde;
y que la playa y el verde de las enredaderas, 
y julio y sus gaviotas
 se ensombrecieron cuando, a solas con el mar,
lloraste porque todo, porque nada, por cosas.

Es una pasada... ¿sí o sí? Creo que ésta es, ha sido y será mi favorita. Pensadla cuando estéis tristes, o llorando. Es como si el poema... te comprendiera, de alguna forma. 
Adiós!!

martes, 1 de marzo de 2011

Poesías... ¿que molan?

Sí, he descubierto hace poco que hay poesías... ¡que no son aburridas! ¡Y de gente de otra época!
Os pongo como ejemplo a mi nuevo ídolo, Gustavo Adolfo Bécquer, con una de sus poesías más famosas, que seugro que conocéis: ¿os suena "volverán las oscuras golondrinas"'? Pues yo lo pongo (y de memoria, eh? jaja)
 
Volverán las oscuras golondrinas de tu balcón sus nidos a colgar
y otra vez, con el ala a sus cristales
jugando llamarán;
pero aquellas que en el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar,
aquéllas que aprendieron nuestros nombres,
ésas... ¡no volverán!
 
Volverán las tupidas madreselvas,
de tu jardín las tapias a escalar
y otra vez a la tarde, aun más hermosas
sus flores se abrirán; 
pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas de día
ésas... ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar; 
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará; 
pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios en el altar
como yo te he querido, 
desengáñate... ¡así no te querrán!

Esta es una de mis favoritas. A ver si me encontráis otra chula, ya me la diréis. 
Buenas noches!! :)