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lunes, 6 de junio de 2011

Capítulo 6: ¿Hay otra?


Aquella tarde, al llegar a mi casa, volví a sumirme en el recuerdo. Mi tío no había llegado de trabajar aún, lo que era una ventaja, puesto que no tenía que fingir alegría ante él, ni tampoco hablar de mi novela, del marketing y de las ventas, cosa que en otro momento me hubiera interesado, pero no en aquel.
-Vamos, Courtney, no es tan difícil-me alentaba Jack, con voz animosa.
Yo todavía estaba esperando que se rindiera, pero no parecía que fuera a hacerlo.
Respiré hondo, y volví a cargarme de energía. Llevaba toda la tarde intentándolo, durante horas. Había visto el sol, bastante cerca del centro del cielo, ir declinando poco a poco, hasta que ahora estaba ya casi en el horizonte, y sólo veía la mitad del disco. Hubiera pensado que era algo perdidamente romántico si no estuviera tan cansada. Estaba claro que el surf no era lo mío, aunque sí fuera lo de Jack.
-Una última vez-me suplicó.
Asentí con la cabeza. Aunque fuera la última vez en la vida, quería hacerlo bien. No tanto por Jack, como por mí misma. Llevaba todo el día intentándolo. Estaba harta. Quería dejarlo. Pero no pensaba rendirme hasta conseguirlo, y me daba igual tener que seguir intentándolo hasta que comenzara el curso.
Nadé con la tabla de surf bajo mi cuerpo, alejándome unos metros de la orilla. Esperé a la ola propicia, y cuando se presentó, impulsé mis brazos, nadando con todas mis fuerzas. Todo eso lo había hecho antes. Me senté en la tabla y seguí impulsándome, y entonces, cuando ya estaba "dentro" de la ola, intenté levantarme, temiéndome lo peor.
Sin saber cómo, mis pies estaban sobre la tabla, y mi cabeza, erguida como el resto de mi cuerpo, surcando el oleaje. Me sentí como la reina del océano, con el viento en la cara y enredándose en mis cabellos rubios, y las salpicaduras de agua salada en mis piernas y mi espalda. Llegué hasta la orilla, medio ladeada.
-¡Bravo, Courtney!-gritó Jack, corriendo hacia mí. En su entusiasmo, dio un traspiés y cayó encima de la tabla, cerca mío.
Me acerqué a él rápidamente.
-¡Vaya trompazo! ¿Estás bien?-le pregunté, algo preocupada.
-Claro que sí... Sophie.
-Vale, creo que la caída de ha trastornado-dije yo, echándole agua del mar por la cara para reanimarlo.
-No, no-rió él, quitándose el agua del rostro-. Sophie es como se llamaba mi... ya sabes, mi hermana pequeña. Es que te pareces tantísimo a ella...
-Bueno, es un placer sustituir a Sophie-sonreí yo.
-En realidad, sólo hay una cosa en la que no te pareces-dijo él.
-¿Y en q...?-no pude terminar la pregunta, porque su cara estaba de pronto muy cerca de la mía, y antes que me diera cuenta sus labios y los míos estaban juntos.
Nos separamos al cabo de poco, y nos quedamos tumbados, mirando al cielo que comenzaba a cubrirse de luminosas y minúsculas estrellas, cada uno sumido en sus pensamientos.

De tanto recordar, me quedé dormida, a pesar de lo temprano de la hora. Me desperté a las diez y media de la noche, cuando sonó mi móvil. Lo cogí sin mirar quién era.
-Sí-dije con voz somnolienta.
-Hola, Court. ¿Podemos hablar?
Me quedé un momento en silencio, sin dar crédito a lo que oía.
-Claro, ahora las conversaciones son por teléfono. En la calle podrían vernos... Jack en su estilo más puro, ¿no?
-Vamos, Courtney. Si quieres, quedamos en algún sitio, pero no creo que te dejen salir ahora, siendo miércoles...
Volví a mirar la hora, ya que se me había olvidado. Gruñí. El muy idiota de Jack tenía razón; mi tío habría llegado ya, y no me dejaría salir si no era por un motivo especial. Desde luego, el que me viera con un chico se consideraba un motivo especial... especialmente malo.
-¿Qué quieres?-le pregunté, enfadada. Casi podía ver cómo se dibujaba una sonrisa burlona en sus labios, si es que no la había esbozado desde el principio.
-Quiero hablar. Hablar contigo de lo que pasó.
-¿Lo que pasó? Lo que pasó está muy claro, Jack. Pasamos un verano increíble, lleno de mentiras por tu parte e ingenuidad por la mía, y volvimos al colegio. Me dejaste de hablar, me di cuenta de lo estúpida que había sido al pensar que yo te importaba lo más mínimo, y fin de la historia-lo solté todo de golpe, sin pararme ni a respirar. Todavía había un montón de cosas que quería decirle: lo mucho que lo había echado de menos, lo que lo había necesitado en momentos de nostalgia, las veces que había recordado el verano... lo muchísimo que todavía le quería, y lo enfadada que estaba porque, a pesar de todo, no lograba odiarle, ni siquiera sentirme indiferente.
-No, Courtney, no fue así-dijo él.
-¿Ah, no? Y entonces, explícame, ¿por qué me dejaste de hablar en cuanto volvimos al colegio? ¿Te divertía, o algo así? ¿Era una especie de juego que se acaba en cuanto tu nombre es posible objetivo de una revista para adolescentes?-le espeté con rabia.
-¿En serio crees que todo fue eso? ¿Una simple diversión?-me preguntó Jack con tono dolido.
-Eso es lo que parece.
-Pues te lo parecerá a ti, Courtney. Es todo mucho más complicado que eso, ¿no lo entiendes? Yo... me gustas. Aún me gustas, a pesar del tiempo que ya ha pasado. Y aunque no te haya hablado en todo este tiempo, sí te he visto, riendo con tus amigas, contándoles a los alumnos detalles de tu novela, secretos irrevelables. He leído lo que has escrito, he visto tus entrevistas y tus apariciones en televisión. No quería hacerlo, pero lo hice.
-¿Y por qué? Tú no querías hacerlo. Supongo que en verano te pareció bien salir conmigo, cuando no había más chicas en ese pueblo muerto, pero al llegar al instituto te diste cuenta de que tus amigos...
-¿Quieres dejar a mis amigos en paz? Ellos no tienen nada que ver con esto. Y tú no fuiste una diversión en la que me fijé al no haber más posibilidades. Pero es cierto; intenté olvidarte, aunque las razones sean distintas a las que crees. No es por mi reputación, Courtney; tenía que olvidarte, tenía que hacerlo por todos los medios.
Me quedé callada, meditando sus palabras. Y, poco a poco, las piezas del puzzle empezaron a encajar en mi cerebro con pasmosa facilidad: de pronto lo entendía todo. Absolutamente todo.
-Hay otra chica.
Jack tardó unos segundos en responder.
-Sí.

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